El elegante local de la Asamblea espera a los nuevos Honorables, muchos de los cuales han merecido reelección.
Es interesante informarse que los Honorables reciben un sueldo de USD 5 009. Pero también USD 417 mensuales en concepto de décima tercera remuneración y 30 más por décimo cuarto sueldo. Quienes no tienen residencia en Quito, o su domicilio está fuera del Distrito Metropolitano de Quito, reciben 708 dólares como viáticos por residencia.
Los asambleístas principales, adicionalmente reciben 52 pasajes de avión ida y vuelta al año, a excepción de los de Pichincha. (Fuente Revista Vistazo, 04-2017)
Todo esto está bien. Pero un sentimiento negativo surge cuando recordamos que el pueblo trabajador al que representan, cuenta con un ingreso de USD 375 mensuales; y un poco más si suman sobre sueldos y fondos de reserva. Y mucho más si pensamos en los que forman batallones, calificados como “subempleados”, con ingreso mensual de USD 152, promedio. De los desocupados, mejor ni mencionar. Estas diferencias abismales, al parecer, determina repudio de la política e invita a pensar: ¿por qué tantas listas de candidatos de oposición para la Asamblea, sabiendo que –del lado oficial- competiría solo una lista? ¿No previeron que la derrota era inevitable y que el resultado sería una Asamblea con tantos simpatizantes del gobierno, que con su aplastante mayoría impondría lo que consideren aceptable para ellos?
No cabe olvidar que la Asamblea que fenece, ha dictado una cantidad extraordinaria de leyes, muchas con la categoría de Orgánicas.
Para cambiar o reformar cualquiera de éstas, se requiere mayoría absoluta de votos (Art. 133, Constitución). Y si los nuevos tienen mayoría absoluta y alguien quisiera modificar o eliminar una Ley Orgánica, sería posible solo si la actual mayoría acepta.
¿Cuánto espacio queda para que el nuevo Presidente, señor Moreno, pueda cambiar algo? ¿No le están dejando hasta un libreto sobre cómo debe actuar en el inicio de su periodo, incluyendo a quién se debe invitar a los gabinetes y una agenda para los viernes y sábados? ¿Qué tal si no acata?
Mientras tanto, el país constata que casos como Odebrecht no caminan; y, al contrario, no revela a quiénes entregó más de USD 30 millones en coimas. Y en el extremo, en el caso del Metro de Quito, asumen actitud desafiante. La Autoridad Municipal y quienes financian la obra, disponen que Odebrecht salga del Consorcio y quede solo la española Acciona. El representante de Odebrecht, Mauro Hub replica que se trata de un asunto entre compañías privadas y en actitud soberbia expresa: “No avanzaron las negociaciones.
Seguimos con nuestro trabajo. Seguimos y no tenemos la intención de salir”. ¿Los pájaros contra las escopetas? ¿Acaso se sienten protegidos? La respuesta es necesaria.