El entorno internacional para el Ecuador ha sido excepcionalmente bueno en los últimos 12 años. Los precios de los productos exportados han subido mucho más que los precios de los productos importados y las tasas de interés internacionales han estado inusualmente bajas.
El entorno que hemos tenido en estos años (sobre todo desde el 2001) contrasta con el que vivimos entre 1981 y 2001, cuando los precios de lo exportado caía, el precio de las importaciones subía y las tasas de interés eran altas.
En otras palabras, desde el 2001 el mundo no nos ha fallado.
Según el Banco Central, el precio de las exportaciones ecuatorianas, su “deflactor”, se triplicó entre 2001 y 2012 (todavía no hay la información para calcular ese dato para el 2013). Eso significa que si hubiéramos exportado exactamente los mismos bienes en 2012 que en 2001, hubiéramos recibido el triple de dólares. Por otro lado, el precio de lo importado también ha subido, pero mucho menos, pues en los mismos años esos precios sólo se duplicaron.
Mientras tanto, entre 1981 y 2001, en las “dos décadas perdidas”, los precios de las exportaciones ecuatorianas cayeron en 30%, mientras que las cosas importadas subieron un 50%. Lo que nosotros le vendíamos al mundo era cada vez menos apreciado, mientras que aquellas cosas que le comprábamos se encarecían día a día. En esos años, el mundo sí nos falló.
Los recuerdos de las crisis económicas recurrentes de los años 80 y 90, los dolorosos programas de ajuste y las horribles devaluaciones no eran el resultado de ninguna larga noche de ninguna ideología, sino el resultado de un mundo en el cual era difícil avanzar.
Pero hoy el mundo es mucho más fácil y no sólo en el comercio exterior. También en lo financiero y eso se lo puede comprobar mirando las tasas de interés. La tasas Prime, que es un buen reflejo de las tasas en dólares, desde el 2001 ha estado, en promedio, en 4,9% y desde el 2008 está en 3.25%. En realidad, las tasas en el mercado internacional han estado bajas desde la crisis “punto com” del año 2001 y sólo subieron por un corto período entre 2005 y 2008.
Por su lado, en las dos décadas perdidas (1981-2001), las tasas en dólares estuvieron mucho más altas. La Prime tuvo un promedio de 9.6% y habiendo llegado al récord de 21.5% a inicios del 81. Y una tasa de interés más baja siempre volverá más llevadera la vida económica para todo el mundo pues no sólo que facilita que la gente se endeude (para consumir o invertir) sino que también desincentiva el ahorro financiero (incentivando, idealmente, la inversión productiva).
Una coincidencia tan positiva (por la evolución de los precios y las bajas tasas de interés) no la ha vivido el país en, al menos, los últimos 60 años (no tengo información comparable anterior a 1965). Así, este boom ha sido extraordinario y difícilmente se repetirá en, al menos, 50 años más.