Otra vez en la partida. Nerviosismo entre la gente que está en plena Panamericana Sur y calle El Tablón. Se habla de todo y de nada. No se ven muchos políticos. Diviso a uno que llega con guardias, para defenderse del humor de los quiteños que reprueban su gestión al frente del Municipio. Un asambleísta del partido de Gobierno intenta pasar desapercibido, y lo consigue porque ha pasado desapercibido en su gestión. Atletas de toda condición social, y con diversas expectativas: desde llegar a la meta como sea, hasta lograr un tiempo predeterminado. Los corredores de élite calentándose, mientras la prensa cumple su misión de informar al público. No está la prensa corrupta gubernamental por ningún lado, ¡qué raro!
Las nueve en punto de la mañana, y luego de entonar las estrofas del Himno Nacional, se oye el disparo que da inicio a la Carrera de Últimas Noticias. No recuerdo cuántas veces he participado en esta competencia, pero en vista de que nuevamente me animé, salgo en precipitada huida para cubrir los 15 kilómetros que me separan del estado Olímpico Atahualpa, lugar de llegada de los atletas.
Salgo entre los primeros, obviamente no soy, ¡ni mucho menos!, de los élite, que parten varios metros adelante de los amateurs. Gracias a Casabaca que dio hospedaje para efectuar los ejercicios de precalentamiento, estoy en buena ubicación. Como era de esperar, me pasan algunos, pero no me desanimo, aún quedan 14 km.
La carrera continúa. La música de bandas instaladas en las calles ayuda a pasar los kilómetros pensando en que la unidad del pueblo ecuatoriano ha desaparecido. Una persona allegada al burgomaestre grita “viva el Alcalde”, y el silencio se apodera de la calle. Insiste con el grito que desentona con la alegría de la competencia. Alguien responde “¡Qué vivan los baches del Alcalde!”. Mientras sigo corriendo lo más rápido que puedo, espero que ningún funcionario del Ministerio de Defensa se confunda entre ‘dinamizar’ la carrera, con ‘dinamitar’ la carrera. Mineros en peligro de extinción.
Se cruzan guaguas, que los esquivo con riesgo de golpear a sus padres y al niño. Toda exclamación altisonante no se da, puesto que cada atleta está concentrado en su carrera, dándose fuerza para superarse, e ingresar al estadio para correr los últimos metros.
Al llegar a la meta a Dios gracias no veo a ninguno del Gobierno que intervino. ¿Habrán arribado? Encuentro a deportistas elongando; cansados pero felices al haber concluido los 15 kilómetros que separan las instalaciones de EL COMERCIO, diario que lucha por principios y libertades desde hace más de 100 años, hasta un escenario deportivo en que el tesón de futbolistas nacionales nos ha llevado a jugar dos mundiales.