Tras convertirse en el primer país del mundo en que el Estado asume la producción y comercialización de marihuana, Uruguay dedicará los próximos meses a seleccionar un cultivo que permita la oferta de buena calidad y precio al menos similar al del mercado ilegal.
El presidente de Uruguay, José Mujica, promulgó el 23 de diciembre la Ley 19 172 de regulación de la marihuana (cannabis), pero su entrada en vigor será en abril y tras establecer el Gobierno su reglamento.
Desde entonces todo el sector quedará bajo regulación y control del estatal Instituto de Regulación y Control de Cannabis.
Antes, hay mucho por hacer. Entre lo más importante, definir el tipo de variedad que se plantará, quiénes la cultivarán y a qué costo y el precio al que se adquirirá en las farmacias. También deberán establecerse los registros de cada actividad involucrada y de los llamados clubes de cannabis, para asegurar la trazabilidad de la hierba legal.
Organizaciones sociales y activistas estudian el modelo productivo de marihuana que garantice su alta calidad y su precio adecuado y que, además, involucre a pequeños y medianos productores uruguayos y evite que empresas extranjeras se apropien de la actividad. El objeto de la ley fue “poner la disponibilidad de marihuana para los usuarios en manos del Estado o bajo control del mismo”, explicó a IPS el senador Roberto Conde, del gobernante Frente Amplio, de izquierda moderada.
En Uruguay el consumo de marihuana estaba despenalizado ya desde los años setenta, pero su cultivo, distribución y venta permanecían ilegales. “No se está constituyendo un mercado libre de drogas ni de marihuana. A la marihuana se podrá acceder por autocultivo individual, en clubes cannabicos o a través del expendio en farmacias, bajo presentación de documento de identidad”, explicó Conde, quien fue ponente del proyecto de ley en el Senado.
La marihuana legal solo estará disponible para los residentes en Uruguay, en una cantidad máxima de 40 gramos mensuales (40 cigarrillos), para quienes se inscriban en un registro especial. El autocultivo del cannabis psicoactivo estará limitado a seis plantas y 480 gramos anuales de recolección.
“Es lo que técnicamente se estima como lo razonable para que no se caiga en un uso problemático de la droga”, dijo el senador.
Para Martín Collazo, del colectivo Proderechos, la salud pública será el área más beneficiada con la ley. “El 85% de los usuarios de drogas ilegales en Uruguay consume solo marihuana”, con lo que el mercado clandestino podría caer en ese porcentaje.
“El contacto con el mercado clandestino facilita el acceso a otras sustancias, como la cocaína o la pasta base, que se venden en los mismos lugares”, explicó Collazo, quien también integra la coalición Regulación Responsable, conformada por organizaciones y personalidades a favor de regular la marihuana.
Está también pendiente el precio de la marihuana que se venderá en las farmacias.
IPS