Las tasas de interés de los bancos centrales de los principales países industrializados están en niveles inusualmente bajos. Y todo indica que van a mantenerse así por un buen tiempo más. Eso, para banqueros centrales, es como jugar con fuego. El problema es que esos países no tienen más armas para romper su estancamiento económico.
La teoría económica dice que cuando una economía está estancada, se la puede reactivar con política monetaria (bajar tasas), política fiscal (gastar más) o reformas estructurales (volver más eficiente la economía). Las principales economías desarrolladas agotaron la opción fiscal y son muy renuentes a implementar las impopulares reformas estructurales. Así, sólo les queda la opción monetaria.
La Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra han fijado desde fines del 2008 tasas de interés muy bajas, pasando del 4% a menos del 1%. Por su parte, el Banco Central del Japón, que ya venía años con tasas bajísimas, las redujo aún más.
Esas tasas son el interés que tiene que pagar un banco normal si necesita recursos de su banco central, con lo que los costos de endeudarse en esos países son hoy sumamente bajos.
Pero el tema no se queda ahí. Los préstamos que dan los bancos centrales son de corto plazo. Para bajar las tasas a mediano y a largo plazos, los banqueros centrales americanos, ingleses y japoneses se han lanzado a comprar bonos emitidos por privados (ya sea por empresas o bonos respaldados con hipotecas de vivienda).
Cada vez que un banco central compra un bono está emitiendo dinero, por lo que a esa política se la conoce como “facilitación cuantitativa” (porque facilita la creación de una mayor cantidad de dinero). Así, hay más dinero y, por lo tanto, es más barato.
Tasas tan bajas (y por tanto tiempo) pueden tener efectos positivos para una economía, porque incentiva el consumo y la inversión, tanto de empresas como de las personas.
Pero también hay riesgos y muy grandes. El principal es que se produzcan nuevas burbujas: con intereses tan bajos las personas o las empresas podrían sobreendeudarse y podría darse préstamos a gente que no va a ser capaz de pagar en el futuro si las tasas vuelven a subir. Y pueden endeudarse para comprar vivienda (como en EE.UU. y España a comienzos de este siglo) o pueden endeudarse para especular en diferentes mercados. Por ejemplo, no es casualidad que las tasas de interés sean tan bajas y el precio del petróleo tan alto (pues podría ser el resultado de especulación ).
El Ecuador todo esto le ha convenido porque hemos enfrentado tasas muy convenientes, claro que el peligro es que nos acostumbremos a tasas tan bajas y no estemos preparados para el momento en que suban a niveles menos “inusuales”.