La expresión resume –en la parte correspondiente- la entrevista a un profesional vinculado con un ecuatoriano residente en el exterior de quien se dice que sus empresas controlan buena parte de la comercialización final del petróleo producido en nuestro país que se vende en el extranjero, por derivación que le hace China de sus compras de petróleo al Ecuador.
La historia es que en el Ecuador se estableció que el petróleo producido por la empresa estatal se venda por medio de subastas para alcanzar mejores precios, y en ventas directas con la orientación que el comprador sea el destinatario final del petróleo, no que sea intermediario privilegiado.
Entregar petróleo en garantía de deuda era prohibido.
En el gobierno del Presidente Correa se anunciaron pre-ventas de petróleo a China, en montos que han venido incrementándose. En realidad tales pre-ventas son créditos de China al Ecuador con un mecanismo de pago que no tienen otros acreedores, cual es la entrega de petróleo y no para que vaya a China que no tiene interés en nuestro petróleo, a más de un tema de calidad, por distancia, ya que habría que atravesar todo el Pacífico.
Los anticipos de dinero de China causan intereses y China tiene la opción de cobrar en dinero, si es que el petróleo –con precios ajustables a la fecha de la entrega- que traslada a terceros, no le da la debida cobertura de pago. Para nada es que los riesgos del petróleo y su precio lo asume China.
En palabras simples: China tiene el privilegio, sobre otros acreedores, de que ha entregado préstamos que el Ecuador los ha colateralizado con petróleo.
El valor de ese endeudamiento con China el Gobierno no lo registra como “deuda pública”, porque expresan que es “pre-venta”, como tampoco registra en tal condición los severos y prolongados atrasos de sus obligaciones con diferentes entidades y con contratistas. Por eso, expresar que la deuda pública está por debajo del 40% del Producto Interno Bruto no corresponde a la verdad.
¿Cómo intentará el Gobierno mejorar el perfil de deudor moroso antes de las elecciones? Se anuncian privatizaciones y concesiones, ¿será de esperar transparencia, lo que no viene siendo una virtud de la gestión pública?
Y lo más grave, ¿la emisión de moneda electrónica por el Banco Central del Ecuador siempre tendrá soporte de dólares reales? Como la normativa se ha venido modificando, señalando que la moneda electrónica será “convertible” en dólares y sólo no puede obligarse a recibirla a las personas naturales y a las personas jurídicas “privadas”, cuidado las deudas con el IESS –por créditos y aportes- y otras entidades públicas se liquidan en moneda electrónica, sin respaldo de dólares reales. Ese sería el fin de la dolarización.