Grato saber que Lenin Moreno, en sus primeras declaraciones, ha dicho que se propone “refrescar las relaciones internacionales” si llega al poder. Pues tendrá mucho trabajo en este campo después de estos diez años de aislamiento y no pocas torpezas.
Sin que me lo pida y atendiendo su disposición, me atrevo a darle algunas ideas generales. Lo fundamental: ponga los intereses nacionales por delante de ideologías y haga de la política exterior una política de Estado, incluyente, seria y coherente.
Defina con claridad, basado en el respeto a los principios del Derecho Internacional, los objetivos de la política exterior que se propone implementar.
Que esas metas respondan solo a las necesidades del país, no a imposiciones de afuera, no importa de donde vengan. Haga una la política exterior pragmática buscando consensos internos. Diseñe estrategias inteligentes para lograr esos objetivos que, a su vez, respondan a los objetivos nacionales.
No pierda recursos y tiempo en fiestas con cantos y bailes, como se ha venido haciendo. Así, no conseguirá nada, solo desprestigiar al país. No siga con esa filosofía refundacional que ha tenido su gobierno. Ecuador tiene una historia y en ella se han escrito páginas brillantes, aunque también de las otras. Acepte lo bueno del pasado, no piense que con la administración de AP comenzó la historia. La nuestra es muy rica, siéntase orgulloso de ella.
Dada la crítica situación económica, imponga austeridad en el Servicio Exterior. Con voluntad política y firmeza es posible. Reduzca Embajadas y Consulados costosos e inútiles que el gobierno al que Ud. representa creó, cerró y volvió a abrir con ignorancia. Deshágase de personal innecesario.
¡Hasta 2007 había no más de 800 funcionarios y durante el gobierno de AP, se ha llegado a la escalofriante cifra de 3 mil! En suma, termine con el derroche y el dispendio: menos viajes, viáticos, saraos.
Y algo esencial: reinstitucionalice el Servicio Exterior que tras el devastador paso de AP ha quedado destrozado con el pretexto de utopías ideológicas superadas y con un clientelismo voraz.
Nacionalice su entorno, la cúpula de la Cancillería y quienes toman decisiones o le asesoran.
“Consuma lo nuestro” y dé ejemplo. Especialistas ecuatorianos con raíces nacionales lo harán mejor.
Confíe en nuestros profesionales que están más preparados y tienen sentido de Patria. Los extranjeros no son forzosamente buenos y son, en el fondo, mercenarios.
Pensándolo bien, cambie la política exterior en lugar de solo refrescarla. La de esta década, la del movimiento al que pertenece, ha sido lamentable pudiendo haber sido, y me ratifico, la mejor de la historia por su duración y estabilidad.