Barak Obama termina su mandato con un mal sabor. No tanto por las críticas o lo que queda pendientes sino fundamentalmente porque pasa la posta a un hombre que conquistó el poder a través de un discurso racista, misógino y de odio a las minorías.
Hace ocho años Obama tomó las riendas de un país que atravesaba una de las peores crisis económicas de su historia. Similar en varios aspectos a la Gran Depresión de los años 30.
Ahora no solo los indicadores económicos son favorables. Durante estos años de gestión se creación 12 millones de empleos. Mejoró además los controles a la banca para evitar otra crisis financiera. Y pese a la férrea oposición y las duras críticas de los republicanos, reformó el sistema sanitario y dio cobertura médica a cerca de 20 millones de personas. Algo que Trump ha ofrecido echar abajo completamente.
A nivel externo se podrían mencionar algunos avances positivos. El retiro de miles de soldados norteamericanos en Iraq y Afganistán, errores lamentables que heredó Obama del gobierno de George W. Bush. La actuación mucho más equilibrada en Oriente Medio, lo que le llevó en ciertos momentos a tomar distancia de su mejor aliado: Israel. El acuerdo con Irán. El acercamiento diplomático con Cuba. El giro geoestratégico en torno del eje Asia – Pacífico.
No puede dejar de mencionarse temas que en este ámbito quedaron pendientes. La guerra interna en Siria. La inoportuna acción frente al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). La falta de firmeza frente al expansionismo ruso de Vladimir Putin. Y, porque no decir, el descuido de las relaciones con América Latina, dejando libre el terreno para la expansión de China en la región.
Sin embargo, lo que ahora viene puede ser peor. Pese a que Trump y sus colaboradores todavía no han asumido el mando, la semana pasada han hecho declaraciones explosivas. “No se permitirá el acceso de China a las islas artificiales que este país construye en aguas en disputa”, ha dicho el flamante Secretario de Estado, Rex Tillerson. De su parte funcionarios del gobierno Chino han advertido a Trump del peligro de una “confrontación devastadora” si esto se cumple. ¡Qué decir de las acciones que tomará Trump con respecto a Rusia, Irán, Siria, Cuba, Corea del Norte…!
Obama se marcha alertando de las amenazas que se ciernen sobre la democracia. Reivindicando el enunciado del “excepcionalismo norteamericano”, ha dicho que los EE.UU. siempre ha tenido esa capacidad para cambiar, para mejorar la vida de los que vendrán después”. No obstante, la llegada de Donald Trump manifiesta lo contrario: una crisis más profunda. Una sociedad cansada, devastada y sin esperanza en los valores fundamentales que algún momento fueron un referente indiscutible.
Por ello, la advertencia de Barack Obama no puede ser tomada a la ligera. La inexperiencia, desconocimiento y falta de tino del nuevo presidente le pueden costar muy caro a los EE.UU.
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