El creciente movimiento de personas, ya sean migrantes o refugiados, del que todo el mundo habla, choca de frente con la falta de acción de autoridades y dirigentes políticos, que no atienden las causa que empujan a millones de personas a abandonar sus hogares.
El aumento de la migración internacional de los últimos años movilizó a unas 244 millones de personas en 2015 . Los desplazamiento forzados también alcanzaron 65,3 millones de personas desplazadas en el mundo a fines de ese año, entre ellas refugiados, desplazados internos y solicitantes de asilo. La migración causada por el cambio climático alcanzó una proporción crítica, escribió Robert Glasser, representante especial para la reducción del riesgo de desastres del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y director de la oficinadedicada a este problema y William Lacy Swing, director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En los últimos 18 meses, unos 20 países se declararon en situación de emergencia por la sequía, lo que expulsó a millones de personas fuera de sus tierras, añadió.
“A menudo, no es la primera vez que les pasa, y para muchos, podría ser la última, pues le dan la espalda al campo y tratan de hacer su vida en tugurios y asentamientos irregulares en las ciudades”, escribieron.
Desde hace por lo menos dos años, recuerdan Glasser y Lacy Swing, hemos visto más personas expulsadas de sus hogares por eventos climáticos extremos que por conflictos. Y según el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos, más de 40 millones de personas fueron desplazadas por inundaciones, tormentas y, en algunos casos, terremotos, erupciones volcánicas y deslizamientos de terreno en 2015 y 2016.
“Y esos datos no toman en cuenta a las personas obligadas a mudarse por desastres lentos como la sequía y la degradación ambiental. Tampoco toman en cuenta las millones afectadas por desastres, atrapadas e incapaces de escapar de sus consecuencias”.