La implementación de al-gunas de las preguntas aprobadas en la reciente consulta popular y refe-réndum, perjudicará a los ne-gocios formales y enturbiará todavía más el ambiente de inversión en Ecuador.
Por un lado, están las reformas que destruirán los negocios directa o indirectamente relacionados con los juegos de azar y las ferias taurinas, así como aquellas que forzarán la reasignación de capitales en las industrias bancarias y de medios. Por otro lado, están las que generarán incertidumbre y mayores cargas financieras y administrativas a los negocios formales, provenientes de la criminalización de los incumplimientos patronales con la Seguridad Social y del enriquecimiento privado “injustificado”(¿?).
Sin embargo, dentro de lo que parecerían ser solo malas noticias para los negocios, vale rescatar lo que puede constituirse en una oportunidad histórica para cambiar una realidad que tradicionalmente ha perjudicado el desarrollo de las actividades empresariales en Ecuador.
El reporte Doing Business del Banco Mundial, que evalúa el ambiente regulatorio para los negocios alrededor del mundo, considera que la eficacia de las cortes de justicia es uno de los indicadores más importantes para medir cuán atractiva para los negocios es una economía. El reporte explica que un sistema de justicia eficiente “permite a los negocios expandirse… puesto que si los contratos comerciales pueden ejecutarse ágilmente, las empresas tienen más acceso al crédito y están más dispuestas a hacer negocios con nuevos clientes”.
En lo que respecta a la eficiencia de sus cortes de justicia, tradicionalmente Ecuador mantiene una posición deslucida en el ‘ranking’ Doing Business, ubicándose a la saga de las principales economías de la región.
Al haber obtenido el Gobierno nacional un mandato popular sin precedente para “reestructurar” el sistema de justicia del país, especial énfasis debería poner en introducir reformas que agilicen y abaraten los procesos que se tramitan en las cortes de justicia.
Según el estudio Doing Business, muchas de las reformas exitosas que han implementado algunos países en el ámbito judicial, ni siquiera han requerido de reformas legales, ya que la introducción de reformas tecnológicas y administrativas, han redundado en mejoras casi inmediatas en los tiempos, los costos y la calidad de los procesos judiciales.
Al “meter las manos en la justicia” el Gobierno difícilmente logrará eliminar la tradicional politización de las cortes ecuatorianas. Sin embargo, ya que la mayoría de litigios comerciales no necesariamente tienen un perfil político, cualquier reforma a los sistemas de justicia que agilice el trámite de las causas que se someten a su consideración, constituiría un paso significativo para mejorar el ambiente regulatorio para los negocios en general y para los pequeños negocios en particular.