La semana pasada, en esta capital, la organización regional Ágora Democrática presentó el Informe del Latinobarómetro, que refleja las respuestas de 20 204 entrevistados en 18 países entre septiembre y octubre del año pasado. El trabajo responde a la Corporación Latinobarómetro (Santiago de Chile).
El documento ofrece respuestas ciudadanas a varios temas vinculados con la democracia, las libertades, el papel de los medios de comunicación, los problemas sociales, políticos, económicos, el papel de las instituciones. Uno de los temas que debe preocupar, según estos resultados, son los bajos niveles de entendimiento de los encuestados sobre las libertades, la defensa institucional y las expectativas a futuro. Por eso estamos así.
No se confía en las instituciones pero en la lista se destaca, a la cabeza la Iglesia y los medios de comunicación (radios, televisión y diarios). La satisfacción con la democracia es baja (Ecuador 33 %). El Ecuador está entre los países que menos creen que va a desarrollarse, aunque un 46 % aprueba la gestión del Presidente frente a la crisis económica.
El 30 % cree que está bien que un gobierno se pase por encima de las leyes y el 25 % considera que un régimen debe tener la atribución para poder cerrar un medio de comunicación (en el Ecuador el 29 %). El informe refleja que las democracias latinoamericanas muestran crisis de representación a través del híper presidencialismo y la fiebre reeleccionista. La atomización y la casi destrucción de los partidos. A esto se suma la carga de la crisis económica, que pese a la oxigenación en países petroleros por el alto precio del crudo no deja de preocupar por el exceso del gasto público. ¿Qué va a pasar cuando se reduzcan los ingresos? La alternativa sería el endeudamiento exagerado, que tanto se criticó en el pasado.
El 50 % reclama por los problemas económicos, sociales y el desempleo. Sin embargo, hay otro hecho preocupante. Cuando se refieren a los valores más importantes para pasar a la próxima generación en América Latina solo el 35 % habla del trabajo y el esfuerzo, comparado con Europa el 44 % y EE.UU. el 62 %.
Acaso se quiere cambiar y lograr mejoras solo con la ayuda del ‘papá’ Estado o la ‘ley del menor esfuerzo’, que están asociadas a la corrupción e impunidad. Esto se refleja claramente en el último resultado del informe que hiciera público en Quito el relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston. El documento reseña el círculo vicioso de la impunidad en esta materia y por qué está tan generalizada en el Ecuador la falta de sanciones, con la complicidad oficial. De esto no existe preocupación porque uno de los organismos a expedir y reformar las leyes es la Asamblea Nacional, que además tiene bloqueada la fiscalización vía juicios políticos.