Desde que la correlación de fuerzas políticas cambió, en medio de la euforia, del advenimiento al poder de la izquierda, algunos se atrevieron a vaticinar hasta 300 años de revolución.
Suena bien, en la vida es preferible ser optimista, también es bueno soñar, es gratis y no paga IVA. El experimento ¿durará 300 años? Depende. Cuba, ese sí un país socialista, lleva 51 y ni el ocaso de Fidel ha podido cambiar el rumbo.
Aunque siempre existirá la paranoia del complot al proyecto, los golpes de Estado suenan absolutamente anacrónicos. Los gobiernos de izquierda y los que se dicen de esta tendencia sin serlo, no se van a terminar por obra de la CIA o del imperio, como se creía antes, se acabarán por los disparates que los líderes sueltan en cada ocasión que tienen frente a un micrófono.
Dislates como el reciente de Evo Morales pueden ayudar a explicar esta preocupación. Resulta que, en medio de una Conferencia Mundial de Pueblos sobre el cambio climático, el líder boliviano invitó a los oyentes a no consumir Coca – Cola porque supuestamente sirve para destapar cañerías. Debió creer que esa era la mejor forma de mantener distancias con el imperio que inventó la gaseosa.
‘Moralito’ realmente se pasó de decibeles, culpó también a los pobres pollos y a sus hormonas de ser los causantes de la homosexualidad. Una connotación que fue leída como contraria a la teoría del sumak kawsay, que proclama la igualdad en medio de la diversidad y, por ende, una condena tajante a la discriminación.
La réplica de las comunidades homosexuales, desde la península Ibérica hasta la Patagonia, fue de gran intensidad. En medio del fragor un grupo uruguayo, las Ovejas Negras, disparó así: “Sospechábamos que si los transgénicos nublan el razonamiento, entonces Morales es un gran consumidor”.
Una columnista de La Vanguardia de España anotó que el episodio no era para la risa porque estas ridiculeces delirantes vienen de personajes que gobiernan a millones de personas.
Hay líderes de izquierda mucho más pragmáticos, como Chávez, que le da duro al imperialismo, pero le vende el 60% de toda su producción de crudo pesado. Otros, que no son tan de izquierda, resaltan las bondades de las universidades estadounidenses.
En esa misma cumbre estuvo este personaje venezolano que es considerado el más iluminado de todos. Al pasar revista a las tropas del regimiento Colorados, Chávez arengó: “Patria o muerte”. Esperaba que le respondan “venceremos”, pero recibió como respuesta el silencio.
La frase nació en la Cuba socialista, la repite Chávez en Venezuela, pero no tenían porqué recitarla las tropas bolivianas. En Bolivia la lengua, no el imperio de los gringos, atentó una vez más contra la revolución socialista.