La situación económica de Grecia, lamentablemente, tendrá que sufrir los costos que acompañan a una economía mal manejada. Si permanece en la zonaeuro deberá ajustarse. Y si sale de la misma, los desajustes también mostrarán impactos.
Siendo la política económica el arte de administrar la escasez, en el cual las decisiones siempre tienen sectores que se sienten afectados a pesar que las grandes mayorías se beneficien, un renunciamiento de ese país a continuar en la eurozona deberá responder a la siguiente pregunta: ¿cuál es el tipo de cambio de salida?
De forma análoga, si decide permanecer en la unidad europea del euro, tendrá que rectificar el manejo económico, especialmente en el ámbito fiscal, lo que quiere decir aplicar un fuerte frenazo al dispendio de gasto público, con todo lo que ello implica en términos de crecimiento y empleo.
En el primero de los casos, introducir una nueva moneda griega implicará que la misma recoja los desbalances, sobre todo de las finanzas públicas, lo que quiere decir que si la cotización de apertura es uno a uno, en muy pocos días el tipo de cambio se moverá hasta alcanzar el equilibrio entre la oferta y la demanda. ¿Hasta qué nivel se disparará el tipo de cambio? Difícil anticipar pero será hasta el punto en que las personas y las empresas ya no demanden más euros.
Si el Gobierno brinda señales adecuadas, pues probablemente la cotización se sitúe en un nivel que ‘solo’ duplique o triplique la relación de uno a uno. Si deciden seguir en la ‘farra’ fiscal y las expectativas no son favorables, el tipo de cambio subirá como espuma hasta que se agote la liquidez emitida en la nueva moneda o cuando el tipo de cambio sea demasiado alto como para comprar euros. De cualquiera manera, una depreciación cambiaria acelerada conllevará un repunte de las tasas de interés y un dispare de la inflación a porcentajes difíciles de prever pero bien pueden superar los tres dígitos.
Decidir la permanencia en la eurozona demandará un muy fuerte ajuste fiscal, pues el gasto público frente al PIB representa cerca del 50% y el endeudamiento público representa el 180% del PIB. Es una economía que duplica a la ecuatoriana en tamaño de PIB, cerca de USD 200 000 millones frente a USD 100 000 millones de Ecuador, pero triplica el ingreso per cápita, USD 18 000 anuales frente a USD 6 000 anuales en Ecuador. Tendrán que dar por terminadas las jubilaciones anticipadas, la inmensa burocracia, los elevados salarios sobre todo del sector público, la herencia de cargos públicos, los subsidios abiertos, etc. Tendrán que ajustarse hasta que alcancen las reales posibilidades de ingresos y se equiparen a la productividad real de Grecia.
Esa es la ficción que siempre criticamos a este Gobierno, pues ahora la torta se viró y si la nueva deuda solo posterga el desenlace y no hay rectificaciones en la conducción económica, sobre todo en lo fiscal, tarde o temprano nos caerá el hacha.