El tema del tránsito siempre ha sido complejo. Pero de un tiempo acá da la impresión de que los problemas se multiplican y la Agencia de Tránsito (ANT) apenas alcanza a responder con comunicados nada convincentes.
El último episodio aún está en desarrollo y sus secuelas son graves: la falta de placas.
En Quito, una persona que necesita estas láminas debe esperar nada más y nada menos que ocho meses. En Cuenca, la espera del usuario se prolonga a once meses.
Esto es por demás dramático, pues el Código Penal sanciona con la reducción de seis puntos en la licencia y una multa del 30% del salario a quien conduzca sin placas.
La ANT ha dicho que todo está normal, pero no es así señores. EL COMERCIO verificó cómo los ciudadanos de 19 municipios padecen por este inconveniente.
En muchos casos, las series que los usuarios reciben impresas en hojas de papel se borran por el sol o se deterioran. La consecuencia inmediata es la citación del agente.
Es más, ese papel hay que renovarlo cada dos meses, aunque en Quito la autoridad permitió que se haga cada medio año. Eso ayuda en algo a los dueños de vehículos.
Pero este tema, que parece sencillo, provoca más secuelas. La Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade) pidió a la ANT que expliqué el porqué del retraso en la entrega de las láminas. Ese gremio está preocupado, porque las concesionarias tienen la obligación de liberar los autos cuando estén matriculados, pero sin placas tampoco hay matrícula.
Entonces, la ANT debiera solucionar cuanto antes este problema y cubrir de inmediato los pedidos que llegan de todas partes del país.
Así se evitará lo que la Aeade ya alertó estos días: que asaltantes impriman placas falsas y cometan delitos en autos sospechosos.
La Agencia Nacional tiene una gran tarea, pues de por medio hay 55 empresas concesionarias que han solicitado las placas a la Autoridad de Tránsito de Guayaquil, pero ahí apuntan a la ANT como la responsable.