En países del Cono Sur, donde la represión militar fue tremenda, se ha sancionado a los responsables, pero no existe un contumaz y deliberado ataque de los gobernantes contra los valores y principios que dan a las Fuerzas Armadas la solidez, confianza y fe en sí mismas y en la población, que necesitan para cumplir sus sagrados deberes.
El actual conflicto del Gobierno con las FF.AA. causa daño irreparable a la seguridad interna y externa del Ecuador, en circunstancias que el proceso de paz de Colombia va a tener graves repercusiones para nuestro país porque no todos los guerrilleros se acogerán a la ley sino que muchos integrarán bandas violentas que, desde el país vecino o desde el nuestro, acrecentarán la delincuencia común y el narcotráfico.
En gobiernos anteriores, los asuntos de las FF.AA. se analizaban sin escándalos. Cuando la iniciativa provenía de los gobernantes, se realizaban exhaustivos análisis al interior de la institución y se investigaba el criterio de los subalternos, y luego se presentaba el informe al Ministro de Defensa y se sustentaba ante el Presidente cuando éste lo requería, y cuando la iniciativa provenía del Congreso, una comisión del Alto Mando, autorizada por el Ministro, concurría a sustentar sus criterios o a responder a las inquietudes de los legisladores. En este Gobierno, nada de eso ha sucedido. En una reunión inicial, insólitamente el Presidente dispuso que salieran los oficiales porque quería reunirse solo con la tropa. Este fue un ultraje a los mandos de una institución en la que su eficacia depende de la profunda compenetración espiritual y confianza entre los que mandan y obedecen.
Posteriormente, se dedicó a sostener casi siempre sin ningún fundamento que los oficiales gozaban de privilegios en perjuicio de la tropa: que tenían comedor aparte, con vajilla de loza, mientras que la tropa comía en la vajilla de campaña.
Evidentemente no conocía que desde hace medio siglo los suboficiales y sargentos más antiguos, también tienen comedor aparte y lugares de reposo personales, porque como en toda institución pública o privada, los que dirigen necesitan privacidad. No conocía que en campaña, jefes, oficiales y tropa duermen, se alimentan y realizan todas sus necesidades en iguales condiciones, y que las piscinas y canchas deportivas se utilizan para la preparación física de oficiales y tropa y para recreación y en las cuadras donde duermen cincuenta o cien hombres con armas y equipos individuales, los oficiales y clases de guardia inspeccionan día y noche. Es demagógico el proyecto de dormitorios para tres en cuarteles donde hay cien, doscientos o cuatrocientos soldados.
La diferencia de remuneración se justifican por preparación y responsabilidad; el promedio,de oficiales es USD 996 dólares y, tropa, 622. ¿Cuáles son los promedios de los jerarcas del gobierno y empleados públicos?