Fue Don Domingo Faustino Sarmiento quien organizó el sistema educativo con el que Argentina llegó al siglo XX en situación de ser incluida entre los 10 países más prósperos del mundo. Para Sarmiento “gobernar es educar”. Empeño tanto más acertado si para el ilustre argentino la historia de su país podía resumirse en el eterno enfrentamiento entre la civilización y la barbarie. Educación que apuntaba a la excelencia produjo los primeros premios Nobel en Ciencias a nivel latinoamericano.
Algo de aquel empeño tuvieron en nuestro país García Moreno y Eloy Alfaro. Los dos víctimas de la barbarie según como se pretenda enjuiciar los hechos desde los rincones más tenebrosos que guían los comportamientos humanos. Dura lección para quienes gobernaron nuestro país a partir de cuándo la Revolución Liberal Radical dejó de tener vigencia. De ahí que es en el campo de la educación en el que se pone de manifiesto con claridad meridiana la superficialidad del pensamiento político ecuatoriano, acompañado de irresponsabilidad.
Con contadísimas excepciones, la ciénega en la que iba hundiéndose la educación nacional en todos sus niveles no fue motivo de insomnio con sudores fríos de quienes gobernaban nuestro país. Lo que quizás es más: los partidos, movimientos y gremios que debieron empeñarse en hacer de la educación pública la vía que nos llevara a la justicia social fueron quienes contribuyeron a su hundimiento y desprestigio con huelgas, paros, acción demoledora de trincas ‘revolucionarias’, ‘democratización de la educación’, etc.etc. A nadie le importaba un carajo el futuro del país.
Es en estas circunstancias que veíamos absortos, cómo se multiplicaban las universidades, sin que a nadie se le ocurriera exigirles requerimientos mínimos. Una vez que se llegó al colmo, Gustavo Vega Delgado como Director del Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas decide la clausura de la Universidad Cooperativa de Colombia, paso trascendental que históricamente resulta ser el inicio de la reforma universitaria en la que se halla comprometido el Gobierno actual.
Para René Ramírez, presidente del Consejo Nacional de Educación Superior, a quien también es de agradecer por su gestión, las 14 universidades de última categoría que fueron intervenidas cometieron “la mayor estafa social de la historia”: miles de estudiantes perjudicados a quienes se les cobraba sumas significativas, para una familia de clase media, por recibir una pésima formación académica. Como no podía ser en otra forma, la Fiscalía General del Estado ha intervenido y los responsables tienen orden de prisión. Para un Gobierno responsable todo cuanto tiene relación con el futuro del país, como es la educación, es una prioridad indiscutible, insoslayable, pese a quien pese, le duela a quien le duela.