El desplome de los partidos tradicionales en España es una realidad. El mal manejo de la economía, los sonados casos de corrupción y los errores en la administración del Estado están pasando factura al Partido Popular (PP) y también al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Una encuesta realizada por la firma Metroscopia, a inicios de febrero, confirma esta caída. Si en este momento se harían elecciones generales los resultados serían los siguientes: Podemos tendría un 27,7% de apoyo, el PP un 20,9%, el PSOE un 18,3%, Ciudadanos un 12,2% e Izquierda Unida (IU) un 6,5%.
A diferencia del pasado, los españoles quieren dar un giro radical. En ello reside el ascenso de estas dos nuevas agrupaciones políticas.
Podemos tiene tendencia de izquierda. Varios de sus líderes, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y otros han colaborado de manera cercana con los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia. En septiembre del 2014 Pablo Iglesias fue recibido por Rafael Correa en Carondelet. En esta visita ambos corearon, micrófono en mano: “Hasta siempre comandante”.
Por otro lado, aunque la otra agrupación está en cuarto lugar de intención del voto, ha crecido en los últimos meses de manera exponencial. Ciudadanos está dirigida por Albert Rivera. Es un partido de derecha, el cual tiene apenas un año de creación. Compite por el espacio de centro, mostrándose como una alternativa para los antiguos votantes del PP.
Ambas partidos tienen sus pros y contras. Entre los aspectos positivos está que a Pablo Iglesias lo conoce cerca del 99% de la población. Casi igual que el rey Felipe. A Albert Rivera, en cambio, lo identifican cerca del 65% de los españoles.
No obstante, el 27,7% de apoyo que tiene en las encuestas Podemos se debe en gran medida al nivel de rechazo que tiene la gente frente a los partidos políticos tradicionales. Estamos hablando de que el 45% de los españoles está decepcionado, por no decir harto, del PP y del PSOE. Mientras que Rivera cuenta con un 47% de apoyo por “creer que es el partido que más se acerca a lo que piensa y crea”.
Aunque Podemos se mantiene “liderando la tabla”, su nivel de crecimiento está relativamente estancado. No así Ciudadanos.
Solo en el mes de enero escaló 4 puntos. Si en los próximos meses las cosas se ponen mal para el PP, no sería extraño que Podemos se convierta en la segunda fuerza política de España.
Aunque parecería que el surgimiento de estas dos organizaciones políticas nos lleva a un multipartidismo, no sé hasta qué punto esto pueda ocurrir así.
Al igual que en Ecuador antes del año 2006, en España comienza a darse una profunda crisis del sistema de partidos. Quien se haga de la victoria posiblemente sea quien represente mejor esta disconformidad.
Me refiero a una alternativa antisistema, donde no sea la ideología sino el personalismo el factor que más pese.