La semana pasada se realizó en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) el Seminario Internacional “El giro a la izquierda de los gobiernos locales en América Latina”.
Con la participación de varios especialistas de la región, se analizaron, no solo los procesos políticos que se han dado a escala nacional, sino particularmente a escala local.
Este giro a la izquierda, definido como “nueva izquierda latinoamericana”, “tercera ola de las izquierdas” o “socialismo del siglo XXI”, ha transformado el escenario político en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Este giro, aunque no deja de lado la influencia que tuvieron en su momento las versiones nacionales del partido socialista o comunista, da cuenta de la emergencia de una nueva izquierda que ha tenido variaciones en lo doctrinario, organizativo y a nivel de prácticas políticas.
Son procesos que han surgido como respuesta a la situación que se ha vivido en la región, sobre todo después del fracaso en la región de la aplicación del modelo neoliberal.
De ahí que varios gobiernos de izquierda hayan reclamado mayor autonomía en la región (tanto en campo económico como político), mayor peso de las políticas sociales, lucha contra la pobreza, mejor distribución del ingreso, entre otros aspectos.
Sin embargo, este giro a la izquierda no se ha aplicado de manera uniforme en la región.
Aunque no hay un criterio único en esto, Castaneda, Lanzaro y Petkoff hablan, por ejemplo, de dos grandes grupos: la izquierda pragmática o socialdemócrata y la izquierda populista o radical.
En el primer grupo se ubican Brasil, Chile y Uruguay y, en el segundo, a Venezuela, Argentina, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
En el caso de nuestro país esta clasificación no es tan precisa.
Ya que, a más de ciertos rasgos de carácter populista que ha impuesto el presidente Rafael Correa a su gobierno, hay ciertos elementos tecnocráticos y reformistas de la izquierda pragmática o socialdemócrata que han estado presentes.
Uno de los aspectos singulares de este giro a la izquierda es que en unos casos se ha dado como resultado de procesos locales o, a su vez, nacionales.
Por ejemplo, la emergencia del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil fue producto de procesos políticos a escala local.
En Ecuador y específicamente en el caso del proyecto de la Revolución Ciudadana se podría decir que, pese a ser un proyecto diverso y plural, siempre tuvo un carácter nacional.
Esto ha hecho que, a medida que avanza el proceso, haya tendido a expandirse a escala subnacional, lo cual, tomando en cuenta los resultados de las elecciones del 23 de febrero, parecería que llegó a su límite.
Es decir, este giro a la izquierda que ha tenido el Ecuador en los últimos años no ha podido consolidarse a escala local. ¿Qué piensa usted al respecto?