En administración se aplica una herramienta muy eficaz para evaluar y proyectar hacia el futuro una empresa u organización, se llama FODA; son las siglas de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. El sistema aplicable a las organizaciones puede aplicarse también a los países y el inicio de un nuevo año es buena oportunidad para hacerlo.
Las fortalezas de Ecuador como país son su gente, pacífica y tolerante hasta el exceso, trabajadora y confiada. Fortalezas son los recursos naturales como el petróleo y los minerales que solo esperan una adecuada administración. Las tierras feraces que producen banano, café, cacao, frutas, flores y mil productos reclamados por los mercados. El clima, los paisajes, montañas, playas, ríos y cascadas que esperan oleadas de turistas. Fortalezas son también su historia, su cultura, sus valores.
Las oportunidades para el Ec uador del 2.014 son: la posibilidad de firmar un acuerdo con la Unión Europea que le daría al país la certeza de seguir siendo competitivo en el tercer mercado más importante para sus productos, derrotando a quienes meten palos en la rueda cada vez que Ecuador se acerca a un acuerdo con Europa; otra oportunidad es la posibilidad de cambiar la matriz productiva haciendo de la empresa privada el motor de la economía y alentando la inversión nacional y foránea. Buen ejemplo es el presidente socialista Francois Hollande, quien acaba de proponer a las empresas francesas un pacto de responsabilidad para generar empleo. “Se funda en un principio muy simple: menos cargas sobre el trabajo, menos limitaciones a la actividad empresarial y, al mismo tiempo, una contrapartida: más contrataciones y más diálogo social”.
Las debilidades que pueden afectar al Ecuador del 2014 son las ideologías que pretenden imponer esquemas económicos y políticos ya fracasados; el autoritarismo que hace depender todo de una sola autoridad y limita la eficiencia del Estado; y la reducción de las libertades impidiendo conocer y criticar los errores, y promover ideas diferentes que enriquecen el debate y conducen a la verdad.
Las amenazas para este nuevo año son la reducción de los precios internacionales del petróleo que limitaría la inversión pública y ahogaría la economía limitando el crecimiento; la carga de la deuda externa contraída en tiempo de vacas gordas y que tendremos que pagar en tiempo de vacas flacas; la desestabilización que puede generar la reducción de bonos y subsidios. Si el Gobierno se asfixia por falta de recursos, puede llegar a extrañar el tiempo de las devaluaciones.
No todos coincidirán en los diagnósticos de la realidad y menos en los remedios que deben aplicarse, pero a todos nos conviene aprovechar el año nuevo para volver a pensar el futuro. Lo que resultaría nefasto es seguir haciendo lo mismo de siempre, achacando los males a los mismos de siempre.