Motivo de júbilo especial fue la reciente sesión pública solemne de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, correspondiente a la Real Española, para la incorporación del Dr. Oswaldo Encalada Vásquez como nuevo miembro. Oriundo de Cañar, donde nació en 1955, tempranamente demostró excepcionales calidades vocacionales para el estudio del rico y sonoro idioma español, ennoblecido en la región austral del Ecuador por ilustres figuras de las letras, el arte y la política, enriquecido también con los aportes dados al castellano por la permanencia del quichua en la bilingue población campesina y la supervivencia de otros idiomas aborígenes, como el cañarí, el palta y el shuara, en la toponimia regional.
Sus estudios culminaron, por esa influencia, con el doctorado en filología por la Universidad de Cuenca en 1979, a los 24 años de edad. Desde antes ejercía el profesorado secundario en el colegio Manuela Garaicoa de Calderón y vino luego la docencia superior en la Universidad del Azuay. Sus primeras publicaciones literarias le dieron protagonismo en el campo del relato(Los juegos tardíos y La muerte por agua, ambos de 1980), género en el que ha perseverado con Salamah, 1998; Crisálida, 2000; Imaginario -edición conjunta con Eliécer Cárdenas- las novelas A la sombra del verano, 1991; La Signatura, 1994, y los cuentos infantiles El jurupi encantado, 2004).
Es sin embargo en el campo de la filología donde alcanza el prestigio que el aureola, particularmente con el Diccionario de la toponimia ecuatoriana, 2002, más de 3000 páginas, en las cuales recoge todos los topónimos provenientes de diversos idiomas -en especial del quichua y el español, pero también de otras lenguas prehispánicas y preincas- que en el Ecuador designan colinas, montañas, nevados y volcanes, nudos y cordilleras, ríos, quebradas, pueblos, aldeas y ciudades. Largos años de investigación ocuparon al Dr. Encalada en esta obra colosal, que dedica a la memoria de D. Jacinto Jijón y Caamaño, de cuya obra El Ecuador interandino y occidental antes de la conquista castellana son una de sus fuentes.
El material recuperado por el Dr. Encalada Vásquez en sus investigaciones le permitió, además, organizar y editar, desde 1990 hasta 2005, con auspicio de instituciones azuayas e internacionales, otros aportes lexicográficos importantes, tales como Toponimias azuayas, Modismos cuencanos, Diccionario para melancólicos, Bestiario razonado e historia natural, Diccionario de la artesanía ecuatoriana y La Fiesta popular en Ecuador. Habría que añadir, a esta copiosa bibliografía, otras publicaciones en revistas y antologías dentro y fuera del país.
Con tan sólida obra cultural y científica, el Dr. Oswaldo Encalada ingresó como a casa propia como Miembro Correspondiente, a la Academia Ecuatoriana de la Lengua, en cuyo nombre Fausto Aguirre, hizo exégesis de su obra.