Era 1773, hace 241 años, que se produjo la erupción de este volcán activo que prueba que vivimos en una zona de alta densidad sísmica. El Presidente de la Audiencia de Quito informó: “El 22 de abril explotó el Tungurahua. Tiene una figura de pirámide cónica cuyo vértice se eleva a 5 664 varas sobre la libela del mar. La nieve que la cubre una altura vertical de 445 varas, y a no mucha distancia está el monte más alto que es el Chimborazo con 7 499 varas”. Luego narra que en las faldas brotan fuentes de aguas termales de virtud medicinal, que al mezclarse con un manantial de agua fría cura enfermedades, y que a ese pueblo lo llaman Baños. El volcán, entre los años 1640 y 45 se ha mantenido estable, pero en abril, entre 4 a 5 de la tarde, sin ningún preludio, reventó con imponderables bramidos, vomitó fuego, centellas, ceniza y denso humo. “Se sintieron muchos temblores y permaneció así más de un mes; el cascajo, tierra y ceniza cubrió los pastos y requemó las sementeras de trigo, cebada, maíz y papas. Han perecido 4 578 cabezas de ganado, y otras se trasladaron a sitios seguros.
A los 24 años de esta erupción, el 4 febrero de 1797, se produjeron terremotos en Pelileo, que fue el más afectado; y también en Ambato. En el parte suscrito por Luis Muñoz de Guzmán, presidente de la Audiencia de Quito, se informa que han muerto 4 008 personas en Pelileo, de los cuales l0 fueron nobles; que en Píllaro son 701, que en Quero son 492, en Patate 314, en Ambato 262 que incluyen a 6 nobles, y en Santa Rosa y Baños, 83. El total, con muertos en otras poblaciones fue de 5 809. Antonio Pastor, corregidor de Ambato, narra la desaparición de Pelileo, porque todas las vertientes inundaron al poblado, pero el lodo y caída de cerros aledaños han acabado con el mejor obraje, San Ildefonso, que tenía el régimen colonial en dicha zona, donde han muerto l 000 indios; la hacienda Yatuquí se ha convertido en laguna, y lo mismo han pasado con otras.
Agrega que “pueden acabarse dichos valles por estar detenido el curso de un río que cruza al Tacunga y al Pachanlica, y es urgente el envío de 25 soldados para custodiar los bienes”.
A los 152 años, el 5 de agosto de 1949, Pelileo fue el epicentro de un sismo de alta intensidad que, por segunda vez dejó en ruinas todas las viviendas que incluyó la Iglesia. La vecina ciudad de Ambato, capital de la provincia del Tungurahua, también soportó estos sismos con apertura de grietas en calles, y la caída de viviendas pequeñas.
Declaró la emergencia Galo Plaza Lasso coordinando con el obispo Bernardino Echeverría la ayuda alimentaria, la instalación de carpas en varios parques, y el Municipio facilitó ocupar lotes en la periferia sur de la ciudad. Si hoy, continúan los sismos en Quito, tienen la palabra el Municipio y el gobierno.