De nada le sirvió al Régimen ser el ‘primer Gobierno en honrar sus obligaciones con puntualidad’, ante los acreedores de los bonos Global 2015, para que eso contribuya a reducir el Riesgo País. Este indicador, que es una muestra de la confianza que refleja un país al inversionista o al financista internacional, en menos de un mes ha subido más de 250 puntos. Esto refleja la compleja situación en la que se encuentran las finanzas públicas, mientras las autoridades buscan como sea cumplir en este mes, los pagos atrasados que tienen con sus proveedores.
Mientras el Gobierno trata de sostener como sea su modelo de gasto público, en el sector privado se activan planes y estrategias para sortear un año con dificultades económicas, que provienen en gran parte de las consecuencias derivadas de la dependencia petrolera. Precisamente, ‘una buena noticia’ de la caída del precio del petróleo es que esta realidad permite mostrar que el país de una vez por todas debe dejar de lado esa subordinación económica y avanzar, lo antes posible, en una planificación estratégica pospetrolera y mirar otras oportunidades de crecimiento, apuntaladas en otros sectores como el de la agroindustria, por ejemplo.
Sin duda, en esa perspectiva, hay una palabra clave que permitirá al sector privado ser más competitivo: innovación. Quien, en un año con dificultades quiera sustentar una estrategia de crecimiento haciendo lo mismo, no obtendrá los resultados esperados.
En Ecuador hay “empresarios de cepa” que han superado etapas de crisis y han encontrado oportunidades para mantener a flote sus negocios. Si bien las decisiones que toma o deja de tomar un Gobierno son determinantes a la hora de aplicar decisiones de inversión en el mediano o largo plazo, tampoco es el fin del mundo. Albert Einstein decía: “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. En las crisis hay dos opciones: sentarse a llorar o vender pañuelos. La decisión es de uno.