Aprimera vista, los datos oficiales de empleo y desempleo parecen describir un país ubicado en otra galaxia. Pero una mirada más atenta revela que en efecto sí describen la compleja realidad del Ecuador.
La conclusión central es que cuando la economía crece y los salarios no, se crean empleos “adecuados” y se reducen los “inadecuados” (subempleo), mientras que, cuando la economía se contrae o los salarios se disparan, se destruye los “adecuados” y la gente migra hacia los “inadecuados”.
De los datos de desempleo, lo que primero llama la atención es su sorprendente estabilidad. Si se considera únicamente los datos de fin de año, la tasa de desempleo casi no se mueve: entre 2004 y 2015, se ubicó entre un máximo de 6,7% y un mínimo de 3,8% y eso es demasiada estabilidad.
Es demasiada porque significaría que en los buenos años el desempleo casi no cae y en los malos años casi no sube. Significaría que cuando la producción crece, lo hace sin crear empleos. O significaría que los aumentos salariales no destruyen empleos. Significaría, que el país descrito está en otra galaxia.
Pero no, los datos no están mal, lo que pasa es que hay que hacer un análisis más profundo que arranca por ver que la población empleada ha venido creciendo en los últimos años, a un ritmo muy estable, tanto en los buenos como en los malos años.
Pero lo interesante es ver la composición de los empleados, a los que se les podría dividir en tres grupos: los ‘adecuados del sector público’, los ‘adecuados del sector privado’ (los que ganan al menos el salario mínimo) y los ‘empleados inadecuados’ (aquellos que ganan menos del salario mínimo), porque si bien la suma de estas tres categorías crece establemente, la composición varía con fuerza.
El número de empleados adecuados del sector privado se mueve tal cual se esperaría en la teoría. En números redondos, cuando el PIB crece en 1%, se crea un 2% más de empleos adecuados, mientras que si el salario mínimo crece 1% más que la inflación, se destruye un 1% de los empleos adecuados. Y cuando se crea empleo adecuado, se destruye empleo inadecuado y viceversa.
Así, el país reflejado en esa dinámica del empleo adecuado e inadecuado es un país real, muy parecido el Ecuador: si la economía crece, no cae el desempleo, sino que la gente migra de empleos inadecuados a adecuados. Y si el gobierno, con su supuesta “conciencia social” dispara el salario, tampoco sube el desempleo, sino que los empleados migran de adecuados a inadecuados.
Por cierto, el empleo en el sector público (siempre “adecuado”) simplemente crece, sin importar la situación económica. Y si, como ahora, la economía se contrae, se destruyen los empleos adecuados privados y los inadecuados crecen en 950 mil en dos años.
@VicenteAlbornoz