Luego de una década de autoritarismo fujimorista Perú ha reconstruido una democracia de baja intensidad, respetando las libertades y aplicando una política macroeconómica liberal y estable, que el nuevo presidente continuará. Conocí a Pedro Pablo Kuczynski -PPK- cuando fue Ministro de Petróleos del Presidente Fernando Belaunde y desde entonces se advertía que podría tener un destino nacional. Hombre sencillo y simpático, economista prestigioso con experiencia internacional y en la función ejecutiva de gobierno, llegó a la Presidencia del Perú con el voto caudaloso del antifujimorismo.
Todo lo que ocurre en nuestros países vecinos nos es inherente, porque necesitamos una interrelación fecunda para desarrollar un intercambio armonioso a pesar de que el dólar fuerte ahora nos pone en desventaja competitiva. En el caso del Perú la política monetaria y cambiaria ha sido acertada y su moneda se ha mantenido por dos décadas con un valor relativamente estable a pesar de las turbulencias mundiales, quizá porque es un país abierto al mundo, sujetado a los riesgos y oportunidades de la libre competencia y que ha manejado con prudencia sus finanzas y logrado estabilidad económica por su disciplina fiscal y control de la inflación, que es del 3%.
En Perú rige un sistema parlamentarista con un Primer Ministro fuerte, que es el economista Fernando Zabala y PPK ha constituido un gabinete de 19 ministros que incluye 14 experimentados en funciones de gobierno, mantiene a subsecretarios con experiencia y conocimientos para sostener la gobernabilidad y evitar la improvisación. Un economista pragmático como PPK buscará la eficiencia mediante una política ordenada, con enfoque liberal en el manejo de la economía y disminución de la inequidad social.
Los compromisos asumidos son simples y sensatos: combatir la inseguridad ciudadana (Perú es el mayor productor mundial de cocaína), tolerancia cero a la corrupción, formalizar las actividades productivas en un país en donde 2 de cada 3 trabajadores son informales. Perú ha paliado la crisis y solo enfrenta un déficit fiscal del 3.5% del PIB que disminuirá gradualmente recaudando más y gastando muy bien. Su deuda externa solo es del 23% del PIB. Desde que el Perú aceptó las normas de los Tratados de Libre Comercio principalmente con EE.UU. y la Unión Europea, mejoró forzosamente su competitividad, a base del crecimiento cualitativo de su producción siendo eficientes para competir en el mercado externo e interno.
PPK deberá ensanchar el mercado interno disminuyendo las desigualdades que en el Perú todavía son grandes, dotando de servicios básicos al área rural y al millón de pobres urbanos que perduran en Lima, (agua, saneamiento, escuelas y salud) porque si quiere encaminarse a la modernidad debe hacer más por la justicia social que lo hecho el ex presidente Humala.