Mientras el gobierno del presidente Lenin Moreno prosigue con el diálogo nacional con 1.500 participantes y los asambleístas se entretienen en diálogos paralelos con los empresarios, lo urgente y de fondo es que la empresa privada confíe en la posición amigable del gobierno e invierta más para recuperar la economía y aumentar el empleo.
Ya sabemos que este año vamos a intentar crecer quizá a un ritmo del 0,7% respecto del año pasado. Sabemos que el peso enorme de las deudas interna y externa es un factor que incide en la recuperación económica, aunque en este año financiarán con más deuda el déficit fiscal. También estamos persuadidos que el gasto fiscal ha llegado a niveles insoportables y que el gobierno tratará de disminuir su magnitud mediante una austeridad con criterio social.
La Pro forma que prevé 36.818 millones de dólares para el 2017 parece mesurada y realista, por lo que no se puede gastar más energías en esta discusión ni esperar que el gobierno haga lo imposible como bajar impuestos porque no tiene con qué financiar el funcionamiento del estado.
Entonces la única salida es trabajar duro y producir más y mejor. Para ello se necesitan mercados y tenemos por lo menos dos oportunidades abiertas: el tratado de libre comercio con la Unión Europea y las rebajas arancelarias de Colombia y Perú en virtud de la integración andina. Entonces los empresarios privados eficientes, que si hay en el Ecuador, podrían identificar nuevas líneas de exportación a la Unión Europea, cuyo mercado de 500 millones de consumidores de alto poder adquisitivo está abierto con cero aranceles para bienes exportables de buena calidad. También podemos vender más a Colombia y Perú, cuyos mercados crecen y están a nuestro alcance.
Para todo esto es necesario convencer a los inversionistas que el Ecuador les ofrece condiciones atractivas de rentabilidad y seguir mejorando la productividad en forma transversal en todas las actividades públicas y privadas, internacionalizar a las empresas y producir en gran escala para bajar los costos, asociando a las empresas pequeñas para hacer una mediana y juntar a varias medianas para hacer una empresa grande. Esto, que es apenas lógico, debe hacerse rápidamente con el apoyo del gobierno en todo sentido. Sin demora se puede dar incentivos tributarios a las empresas disminuyendo los tiempos de la depreciación de su maquinaria y equipo, en lugar subsidiar en forma generalizada. Además se podría incentivar la repatriación de capitales ecuatorianos como piensa el gobierno.
Necesitamos hacer todo esto para que el país crezca nuevamente y haya más puestos de trabajo para los jóvenes, especialmente para los que se han capacitado en el exterior con becas del estado y para los empleados públicos competentes que saldrán de sus puestos si se aplica una real disminución del gasto fiscal corriente.