Y otra muy distinta es endeudarse hasta las muelas. Y lo que está haciendo este gobierno es endeudarnos como si eso no tuviera ni costo ni límite. Ya fue malo que no ahorre, pero es bastante peor que nos endeude en esta escala.
El miércoles (28 de septiembre de 2016) se anunció que el país había vuelto a emitir USD 1 000 millones de deuda en Wall Street, nuevamente al 11% y a 6 años plazo. Eso hace que la deuda pública crezca, sólo en lo que va del año, en más de USD 5000 millones.Y aquí hay varios aspectos preocupantes. El más complejo es esa terrible combinación entre la alta tasa de interés que estamos pagando y los cortos plazos a los que nos concedieron los créditos.
Endeudarse a 30 años plazo y al 1,5% de interés como, por ejemplo, lo está haciendo Grecia, es algo muy diferente a endeudarse al 11% y a seis años plazo, como lo estamos haciendo nosotros. Porque en nuestro caso, el peso de los intereses y de la amortización (el pago del capital) es mucho más fuerte que en el caso griego. Si bien ellos tienen más deuda que nosotros, por la combinación de tasa y plazo, ellos destinan menos recursos a su pago.
Aquí surgen dos preguntas claves: por qué los mercados nos prestan tan caro, si las tasas de interés internacionales están en mínimos históricos y por qué el gobierno está dispuesto a endeudarse bajo esas condiciones.
La primera pregunta, por qué nos prestan tan caro, es sencilla de responder, pues con el mal historial crediticio del país, sólo nos conceden créditos las personas con alma de apostador, sabiendo que pueden ganar mucho o perder mucho cuando nos dan plata.
Para responder la segunda pregunta, por qué el gobierno se endeuda así, hay que recordar que estamos a 140 días de las elecciones y la única manera de aplazar un ajuste fiscal es a través de más y más deuda.
Porque el gobierno está gastando bastante más de lo que le ingresa y el hueco lo cubre con esos nuevos y costosos créditos. Y si no se endeudara (o sea, si ajustara sus gastos a sus ingresos), tendría que gastar bastante menos y eso contraería la economía aún más, algo impensable para cualquier gobierno populista cuando faltan menos de cinco meses para las elecciones.
Para lo único que sirve esta deuda es para aplazar el ajuste. El problema es que cuando ese inevitable ajuste llegue, tendrá que ser todavía más duro porque, encima de todo, habrá que pagar esta nueva deuda.
Siempre es una mala idea aplazar la solución de un problema, pero es peor idea si se lo hace a costa de tanta deuda que, además de ser costosa, no aporta en nada a solucionar los problemas estructurales de un país que se acostumbró a vivir del dispendio público.
Hubiera sido ideal ahorrar en los buenos años, pero no se lo hizo y es imposible retroceder en el tiempo. Pero si fueron incapaces de ahorrar, al menos, ya no nos endeuden más.