Cuando el Presidente dice que confía plenamente en las FF.AA. y en la Policía, para su protección personal, afirma con certeza su credibilidad en las instituciones nacionales. Sin embargo, su decisión fue inconclusa, considerando que ya fue presentada una demanda de inconstitucionalidad, del Código de Entidades de Seguridad Ciudadana, mediante la cual se crea una entidad civil, organizada y jerarquizada con facultades para la disuasión y coerción, con alternativa cierta de “armarse”, para la protección de las personalidades del Estado.
Este compás de espera de diez años como lo dijo el entonces ministro de defensa, ha sido perjudicial. Se pensó que daría tranquilidad militar, pero lo que se está logrando con esta decisión dilatoria, es que las autoridades de la administración pública están impulsando a la Institución Militar en el errado criterio de descentralización en su preparación y empleo, con grave afectación a la doctrina militar en cuanto a la unidad de empleo, control y coordinación que son esenciales con la naturaleza de las FF.AA.
No fue suficiente con la desvinculación del ISSFA de las FF.AA., o la inclusión de procesos políticos al interior de la Institución Militar, como la socialización y ahora la elección de autoridades del ISSFA, por medio de listas de candidatos y propuestas al estilo político con auspicio del CNE.
No solamente que se establecen “mandos unificados”, en la frontera para el control del contrabando, con integración de Aduanas, SRI y Policía Nacional, sino que ahora son los fiscales provinciales que imparten instrucción a los militares, para temas como la “cadena de custodia”, flagrancia, teoría del delito y el uso progresivo de la fuerza.
No fue una exageración cuando se vislumbró la perspectiva política que se estaba imponiendo a las FF.AA., para convertirlas en la nueva policía militarizada, (El Universo, 25 Mayo 2014).
Las FF.AA. pueden tener una ejecución “descentralizada”, solo cuando hay un plan centralizado, con unidad en la cadena de mando y control. Por esta razón en la planificación militar se incluyen en su contexto “la intención de comandante operacional”; lo cual significa que la preparación, entrenamiento y educación obedece a un proceso centralizado que estandariza las operaciones militares. Desde luego que hay una malla curricular que se actualiza permanentemente para las operaciones militares, incluyendo las de “complementariedad”, en apoyo a las Policía Nacional, sin sustituirla.
La descentralización afecta a la doctrina militar, porque esas iniciativas dispersan las funciones, quebrantan la unidad de mando y empleo. Tienden a salirse de la autoridad central con procedimientos ajenos a los reglamentarios. Legal y obligatoriamente se debe cooperar con las autoridades civiles, manteniendo la cadena de mando y sin apartarse de la doctrina militar.