El tráfico de Quito está colapsando sin remedio por razones estructurales de la topografía y por el crecimiento indetenible de vehículos. Cualesquiera sean los proyectos de infraestructura de la presente década los ciudadanos deberán soportar este malestar, Están colapsando los hospitales del IESS, del Estado y los privados también, debido a nuestro estilo de vida, a la mala nutrición y a la ausencia de medicina preventiva, situación que requiere mucho tiempo para mejorar.
El colapso de la educación fiscal es patético en todos sus estamentos, por falta de buenos y suficientes profesores, a tal punto que las becas para estudios universitarios en el exterior no pueden ser aprovechadas por los estudiantes pobres. El buen trabajo en las carreteras colapsa cuando persisten los cuellos de botella en vías de un carril y cuando se forman largas filas por falta de intercambiadores. Es que el crecimiento de la clase media y la disminución de la pobreza extrema ha cogido de sorpresa a los servicios públicos fundamentales del país y a los de las ciudades grandes que siguen recibiendo población que viene en busca de trabajo y de educación para sus hijos.
Como no hay planificación certera sino obras intuitivas estamos invirtiendo mal nuestros escasos recursos. Ahora contamos con bonitos aeropuertos en Tena y Santa Rosa en El Oro, que no tienen pasajeros, ni aviones ni vuelos. No se ha programado en función de estudios de intensidad de demanda y está colapsando el alcantarillado en las ciudades medianas y pequeñas. Sin embargo se informa que se han gastado 125 millones de dólares para modernizar unos submarinos de dudosa utilidad y se han comprado cien famosos vehículos hammers 4 x 4 para uso del Ejército y de la Marina.
No se ha emprendido en grandes obras nuevas como la autopista Quito-Guayaquil, con ramificaciones a Cuenca y Manta, por ejemplo, pero seguimos hablando de la ruta Manta- Manaos que más favorece a Brasil que al Ecuador. Esto es una cuestión de prioridades, de políticas públicas acertadas, de actitud para mejorar la logística de los servicios. Nos gustaría que alguna vez en las sabatinas se topen estos temas fundamentales que hacen al enfoque serio del desarrollo nacional, hoy obnubilado por riñas subalternas de nuestro subdesarrollo político.
Cuanto más tarde se ataquen las causas del colapso más pronto llegaremos a la paralización costosa del país, porque todo afecta a los costes de los productos que consumimos, al valor de los fletes, al consumo de combustibles, a la duración de los viajes, al tiempo que los ciudadanos pierden en las largas filas para acceder a un servicio, para no hablar de las inalcanzables citas médicas del IESS que constituye una estafa a los afiliados y patronos que cada mes entregan parte de sus ingresos a esta institución.