La visita que en los próximos días hará el Vicepresidente de la República Popular China, Xi Jinping, a varias naciones latinoamericanas, representa una oportunidad para poner en el centro del debate regional la urgencia de repensar el vínculo estratégico entre América Latina y el gigante asiático.
Ya es hora de dar un salto de calidad en esa relación. Debemos diversificar las exportaciones a ese país, incorporándoles más valor y conocimientos, estimular alianzas empresariales, comerciales y tecnológicas, atraer más y mejores inversiones chinas y promover inversiones latinoamericanas en China y Asia-Pacífico.
Todo esto se potenciaría si pudiésemos definir, de manera concertada, las prioridades regionales en las relaciones con China, superando las limitaciones propias de los esfuerzos nacionales que han prevalecido hasta el momento.
América Latina y el Caribe podrían avanzar en los principales lineamientos de un acercamiento estratégico a China, tal como lo hizo ese país con su Libro Blanco, documento oficial que presenta la política exterior china hacia nuestra región.
Desde hace varios años la Cepal ha participado en distintos foros a favor de un reforzamiento de las relaciones económicas entre América Latina y el Caribe y la región de Asia-Pacífico, y particularmente China. El organismo ha estado presente en las cuatro versiones de la Cumbre Empresarial China-América Latina y en las cinco reuniones ministeriales de la iniciativa Foro del Arco del Pacífico Latinoamericano, entre otras instancias.
Ya no hay duda de que China se ha convertido en un socio comercial estratégico para América Latina y el Caribe y existen amplias oportunidades para lograr acuerdos de exportación e inversión en campos como la minería, energía, agricultura, infraestructura y ciencia y tecnología.
Dado el tamaño del mercado chino, estas posibilidades se potenciarían mediante un esfuerzo concertado o de coordinación entre varios países o a través de instancias de integración regional.
Por su desempeño económico en los últimos 30 años, China es hoy la segunda mayor economía, el primer productor manufacturero y el mayor exportador de bienes del mundo. Desde 2008, China se ha convertido en una de las principales fuentes de inversión directa en el mundo y ya es el quinto inversor a nivel global. En América Latina, estos flujos comenzaron a ser significativos en 2010.
Según estudios de la Cepal, China podría desplazar a la Unión Europea como segundo mercado de destino de las exportaciones de la región a mediados de esta década, quedando tras Estados Unidos.