La ID parece equivocarse de destino. Sus discursos y sus personas sobresalientes tienden a ir hacia el centro-derecha o a la derecha.
Pero este espacio ya está bien tomado, no así el centro-centro y el centro izquierda. Sería un error histórico no ir hacia el indispensable reordenamiento político del Ecuador, con tendencias diferenciables por sus orientaciones ideológicas y programas.
En los 70, Ecuador como ahora, salía de otro auge petrolero que hizo subir los humos a mucha gente y terminó endeudadísimo. Se buscó redefinirlo. Había consciencia que el país cambió mucho, pero necesitaba cambios socioeconómicos y políticos de fondo.
Había corrientes de pensamiento, ideología y sobre todo grupos políticos activos en definir el futuro, salvo los caudillistas. Se disputaban entonces diagnósticos y visiones diferenciadas.
Ahora, en contraste, es más bien una disputa de votos sobre un fondo de tendencias no redefinidas, ni organizadas, sin tener problemáticas elaboradas que deberían llevar a proyectos.
En los 70 lo tuvieron la ID y la Democracia Cristiana, por ejemplo.
El contraste es notorio hoy y revela el empobrecimiento de la política que deja AP. La oposición no logra construir propuestas históricas que den sentido de futuro. No solo propuestas para el momento, o frente al Gobierno actual.
A pesar que Ecuador no logró reorientar su sistema económico –salvo en algo modificar su neoliberalismo – por razones internas y externas, muchos cambios desde los 80, han hecho un país más complejo, más integrado al mundo, con otras contradicciones sociales y conflictos, su política debe ir en consecuencia.
Es necesario así nuevos diagnósticos, proposiciones y visiones del ahora y del largo plazo. Sin ello se vivirá un simple cambio de gobierno, a lo mejor con unos y otros (incluido AP) para repetir lo mismo. ¿Cuál es el Ecuador del futuro?
Hay urgencias. Una es captar a la juventud (30% del voto) con algo más que con espejitos como lo hace AP, poniendo de relieve internet, la bicicleta, pretendiendo ser ecológico, sino por algo sustantivo de ideas y proyectos. La juventud requiere significados para situarse en el mundo y proyecto de futuro por el cual podrá ahora hacer esfuerzos y militar.
Se necesita algo más que estereotipos de campañas electorales, algo de fondo, para romper el marasmo. Con tanto descontento e indecisos, acaso Ecuador dará al menos sorpresas en las elecciones, o después, cuando el control sobre los conflictos, organizaciones y contradicciones de la sociedad salgan a flote.
¿Tendrá entonces una salida electoral, como fue Correa?¿O ese malestar, sin salida, que no permite gobernar ni una real oposición, como aconteció al regreso de la democracia?
Cuánta falta hacen nuevas ideas, organizaciones, programas con largo aliento, sino la ruta es menos atrayente para el ciudadano y más aleatorio gobernar.