Algunos medios de comunicación social parecen empeñados en desestabilizar al mundo más de lo que ya está con tantos accidentes, deslaves, inundaciones, oleajes, terremotos y trastornos del ambiente, a más de los infaltables golpes de Estado, persecuciones políticas y crímenes, guerras, guerrillas y ejecuciones. La política se satura cada vez más de dicterios que van y vienen, chismes, conspiraciones y venganzas. ¡Todo ello da lugar a feroz saña que crece en espiral! Diarios, canales de radio y televisión dejan, poco a poco, las normas éticas y olvidan la autodisciplina que obliga a medir palabras, calibrar afirmaciones y eludir maledicencias.
No son ya portavoces de noticias sino partícipes de enfrentamientos y contiendas, políticamente alineados en pro o contra. Basta revisar la prensa diaria, oír los noticiarios, mirar la TV: la falta de coordinación en un mismo medio permite descubrir discrepancias entre informaciones, subtítulos y titulares. Inclusive en las caricaturas, las figuras que parecen transmitir críticas son distorsionadas a veces por el texto que va a su pie y, en ocasiones, aun el título del genial dibujo desorienta de tal manera al lector que sus risas o sonrisas se acibaran. De este modo la prensa escrita, hablada y visual del Ecuador, salvo honrosas excepciones -este diario a la cabeza- se va convirtiendo en peligroso reservorio de inquinas, proclive al estallido y la violencia, porque los lectores o los criticados, a su vez, suelen devolver los proyectiles .
Vale por eso el propósito, que deberían hacer y cumplir todos los medios de comunicación social, desde los más altos directivos, pasando por mandos medios, columnistas de opinión y antiguos reporteros hasta el más reciente cronista, de empeñarse en transmitir, sobre todo, lo positivo del acontecer cotidiano. En cuanto a lo realmente negativo, se debe preferir la forma menos destructiva de comunicarlo, antes que describirlo con espeluznante realismo o escondida intención desestabilizadora.
Cada semana los articulistas de opinión se preguntan ¿sobre qué escribir? Fácil sería seguir la corriente de la politiquería, desde arriba o desde abajo, y continuar moliendo el mismo grano. ¡Escriba cada articulista sobre las buenas noticias! Dos de ellas me es grato transmitir. En la Flacso, el jueves 29, se incorporará como miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, correspondiente de la Real Española, Rodrigo Borja Cevallos, ex presidente de la República, uno de los mayores exponentes del arte de bien hablar en castellano, autor de importantes libros como su “Enciclopedia Política” y, por tradición familiar, cultor de un depurado español. La otra noticia es la definitiva restauración, ya en marcha gracias a la ayuda de la Real Academia y la Agencia Española de Cooperación Internacional, del edificio del siglo XVII, sede de la Academia Ecuatoriana, situado en la calle Cuenca entre Chile y Mideros.