Walter Spurrier
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Con la presencia de los 12 presidentes de la Unasur, en Brasil, los Brics crearon un banco de desarrollo y un fondo monetario.
El presidente Correa, impulsor de Unasur, con sede en Quito, aparece en las fotos con amplia sonrisa. Pero sería ambivalente ante esta iniciativa.
LosBrics están entre los países más poblados y extensos del mundo, tienen un rezago en su crecimiento respecto a los países más desarrollados, sus gobiernos son poderosos y siguen políticas públicas que se consideran coherentes.
Se perfilan como futuras grandes potencias. Son cinco: China e India, los más poblados del orbe y con rápido crecimiento; Rusia, el más extenso del planeta y gran desarrollo tecnológico, y Brasil. A ellos debería sumarse Nigeria, pero no lo es por problemas de gobernanza; en su lugar, como representante africano, se incorpora a Sudáfrica, país mucho menor a los anteriores en los parámetros indicados.
Brics es un acrónimo. Al crear estas instituciones, los Brics buscan hacer un frente común ante las potencias, el eje EE.UU.-UE, pugnando por ganar espacios de poder.
En el siglo XX, bajo circunstancias distintas, entonces la Guerra Fría entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, eran India, Yugoslavia, Indonesia y Egipto que conformaban los no alineados. El objetivo era el mismo.
Pero no hay más que eso. Sus economías no son complementarias. Los cinco quieren vender más productos industriales, pero no se los quieren comprar a los otros. Rusia y Brasil dependen de exportaciones de materias primas.
China es la que tiene los recursos y el dinamismo, es la que más aporta y la que se lleva la sede del banco. Las instituciones que crean no reemplazan sino complementan al FMI y Banco Mundial.
El presidente Correa sería ambivalente, porque lo que están haciendo los Brics es lo mismo que él viene abogando: reducir el poder del núcleo de países desarrollados. La conformación del banco y fondo monetario son herramientas que él ha propuesto. En visión y herramientas, se identifica con la iniciativa.
Pero Correa buscaba esto para Sudamérica, parte de las instituciones de Unasur. El mensaje es que a Brasilia, Sudamérica le queda pequeña. Prefiere meterse en las ligas mayores, con China, India y Rusia, aunque sea como socio junior, que ser la potencia dominante en Sudamérica, que por falta de dinamismo ha perdido peso mundial, en particular frente al Asia.
Brasil, al formar un banco y fondo con los Brics, ya no lo haría con Sudamérica. Sin liderazgo de Brasil no hay bloque sudamericano. Tampoco puede haber hispanoamericano, puesto que hace rato México apostó a una relación privilegiada con los EE.UU. Unasur no despega.
En Brasilia, a Rafael, Cristina y los otros presidentes de Unasur les sirvieron un cafezinho a la vez medio dulce y medio amargo.