A mediados del siglo XVIII un editor parisino encomendó al escritor Denis Diderot una obra que recogiera todo el saber relevante de su tiempo. A lo largo de 26 años surgieron los 28 tomos de la Enciclopedia Francesa, redactados por unos 160 intelectuales: entre ellos Voltaire, Rousseau y Montesquieu. Los libros incluyeron más de setenta mil artículos y casi tres mil ilustraciones. Pocos años después se desató la Revolución Francesa y el “antiguo Régimen” resultó liquidado. Aunque sea imposible demostrarlo, ambos hechos tienen una indudable relación. La guillotina no tardó en comenzar a funcionar.
La enciclopedia de nuestro tiempo es Wikipedia. Una obra colectiva y anónima editada en Internet, con la que espontáneamente y sin dirección previa colabora un ejército de voluntarios. Su dimensión e impacto son infinitamente mayores que los de la colección editada por Diderot. En poco más de ocho años ya recoge 11 millones de artículos pergeñados por 150 000 autores en 265 idiomas. Sólo en castellano se cuentan 482 000 artículos a los que se agregan u 400 diarios.
¿Es fiable esa enorme masa de información? Relativamente, advierten los expertos, pero de acuerdo con la contabilidad implacable de Google es la fuente de datos más utilizada. ¿Por quiénes? Por los estudiantes para hacer sus trabajos, por los periodistas agobiados por la falta de tiempo, por todo el que requiere urgentemente una referencia y no encuentra nada más a la mano.
El asunto es peligroso porque Wikipedia también es un terreno de batalla ideológica en el que no faltan las mentiras o la sesgada selección de información. En Wikipedia hay muchos colaboradores sanamente dedicados a la difusión del conocimiento, pero también existen guerreros decididos a destruir la reputación de sus enemigos.
Esto lo conocí de primera mano cuando un ex alumno me advirtió que mi biografía en Wikipedia me describía como un terrorista al servicio de la CIA autor de asesinatos de curas y otras delirantes fantasías. Le pedí que se pusiera en contacto con Wikipedia y les explicara la difamación de que era objeto. Le hicieron caso, investigaron, eliminaron las falsedades más evidentes y colocaron un “candado”. Mi ex alumno averiguó que una de las fuentes de desinformación es la Universidad de Ciencias Informáticas, en La Habana, erigida sobre lo que fue la base de espionaje en Cuba durante la Guerra Fría. Cuentan con unos “comandos de acción digital” para escribir y reescribir las biografías de amigos y enemigos de acuerdo con el guión de la policía política. Para ellos, Wikipedia es un campo de batalla en el que forjan una realidad que sirva a los intereses de la revolución. Nunca antes han dispuesto de un aparato de propaganda tan formidable, gratis, anónimo (que les evita responsabilidades penales) y eficaz. Me imagino que también sueñan con poner en uso la guillotina.