¿Qué puede acontecer en Venezuela? El Presidente de la República y el Presidente del Congreso, profieren amenazas a troche y moche contra los opositores actuantes y los que podrían sumarse.
Y sin embargo, la gente joven continúa protestando en calles y plazas, a pesar de la actuación de personas que disparan a la cabeza; de otros, que no reparan en usar métodos de tortura y que, seguramente, estiman que bajo el miedo quedarán controlados y conseguirán una paz de cementerio.
La casi totalidad de quienes están actuando en la resistencia son jóvenes. El joven, por naturaleza, es idealista. Como todo ser humano siente miedo ante el peligro; pero llega un nivel en el que, bajo las convicciones, el miedo queda en segundo plano y se lanzan a la acción.
Es bueno acudir a rememoraciones. El 30 de marzo de 1946, el presidente Velasco Ibarra asumió el poder dictatorial, pues se sintió incómodo con la Constitución de 1945. Los jóvenes estudiantes de la Central, en aquel entonces ubicada en la calle García Moreno y Espejo, declaramos huelga. Nos atrincheramos dentro del edificio y estuvimos resueltos a lo que venga: se había roto la barrera del miedo.
Nos cortaron el servicio telefónico y varios huelguistas recibían llamadas de sus progenitores, rogándoles que abandonen el local. La respuesta era negativa y fanfarroneaban respecto a los alimentos, aduciendo que los había suficientes; y, en cuanto a los medios de defensa disponibles, “para eso está el laboratorio de Química”. Como la Policía estuvo escuchando el teléfono, seguramente pensó que en el tal laboratorio estaban fabricando bombas; y si a eso se sumaba que unos cuantos, aprovechando la semioscuridad, se paseaban en la azotea con un palo de escoba que parecía fusil, a la hora de sacarnos acudieron elemento militar, dos ambulancias de Cruz Roja y hasta un tanque de guerra. Forzaron la entrada y nos sacaron a la calle a empellón y golpe limpio. Al jefe de la huelga, le daban golpes y puntapiés incluso en el suelo y continuaba gritando: “Abajo la dictadura”. Nos condujeron al penal García Moreno: éramos más de ciento cincuenta. Muchos obtuvieron la libertad pronto; unos cuantos nos quedamos por un tiempo adicional.
Éramos estudiantes solteros, sin responsabilidades ni obligaciones. Cuando las hay, las personas piensan dos veces, pero siendo jóvenes sin esos compromisos superan el miedo fácilmente.
En Venezuela se ha roto la barrera del miedo. Una luz política proveniente de Cuba, guía las acciones de los mandatarios venezolanos.
En el “modelo” cubano, acaba de acontecer que -a partir del mes de junio próximo- elevarán el sueldo de médicos y dentistas a… 64 dólares. ¿Sirve un modelo así? Formulamos fervientes votos porque la intervención de los países de Unasur encuentren una fórmula para pacificar a esa nación. De otro modo…