Ahora, ninguna autoridad ni los habitantes tienen pretextos para no aplicar y aprender sobre los planes para protegerse de las amenazas de erupción del volcán Cotopaxi.
El nuevo mapa de riesgos (la cuarta edición) está listo para que los habitantes de Pichincha, Cotopaxi y Napo, junto con sus alcaldes y autoridades estatales, conozcan con una mejor precisión sobre el real peligro de la caída de los lahares que se pueden formar del deshielo del glaciar si es que se produjera una erupción.
La información de este documento ya fue conocida con anterioridad, sobre todo por las autoridades, porque participaron en su hechura, por lo que no pueden decir que no están al tanto del nuevo mapa. Desde que comenzó la investigación en el 2015, los funcionarios municipales y de oficinas estatales acompañaron en esta tarea los técnicos del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, con apoyo del Instituto Geográfico Militar.
El reconocimiento de cada sitio amenazado empezó en octubre del año pasado, dos meses después de las explosiones del volcán (14 de agosto), cuando se reactivó.
Este nuevo mapa tiene importancia, porque revela y ubica con mayor exactitud los poblados, viviendas, construcciones, infraestructura privada y estatal, ríos, puentes montañas y otros aspectos, que están dentro de la zona de riesgo.
En el anterior mapa, del 2004, la información que contenía se relacionaba más con la planificación, que con la aplicación de contingencias; y tampoco identificaba al territorio con claridad.
A un año y cuatro meses del despertar del Cotopaxi, que estuvo apagado durante 138 años, es necesario y obligatorio que las autoridades continúen con la preparación de los habitantes, corrigiendo los errores que tenía el mapa anterior y las fallas que se han detectado en los simulacros y protocolos de prevención a una erupción. Este nuevo mapa es una referencia para que todos sepan si están o no bajo la amenaza del Cotopaxi.