El indicador de riesgo país se mantuvo alto la semana pasada luego de conocerse los resultados oficiales de las elecciones presidenciales en Ecuador. Y lo hizo pese a que el precio del petróleo subió por las interrogantes geopolíticas generadas a raíz del conflicto en Siria.
En situaciones normales, un aumento del precio del petróleo se reflejaba automáticamente en una reducción del riesgo país, el cual mide la probabilidad de incumplir el pago de la deuda pública de un país. Si Ecuador está recibiendo más ingresos por la venta de petróleo es menos probable que deje de cumplir sus obligaciones y el riesgo país debía caer.
Pero eso no ocurrió la semana pasada. Luego de conocerse los resultados oficiales de las elecciones del domingo 2 de abril, el mercado se puso nervioso. El riesgo país repuntó 44 puntos el lunes y llegó a 700 puntos. Los siguientes días fueron de subidas y bajadas, pero la semana cerró en 704 puntos, el más alto de la región después de Venezuela, lo cual ha sido una constante de los últimos años.
El mercado asumió la semana pasada que el oficialismo seguirá en el poder. Y está nervioso porque no hay señales claras sobre la política económica del eventual Presidente, quien ha evitado hablar de un ajuste fiscal. Eso significa que la economía se mantendrá a flote a base del endeudamiento público, que se hace cada vez más complicado, oneroso e insostenible.
Esa lectura también la tienen los actores locales, quienes además se enfrentarán a un período de mayor polarización. La inestabilidad política es un nuevo factor de riesgo para empresas nacionales e internacionales. El Régimen ha destacado que en la última década se fortalecieron las instituciones y hubo estabilidad política. Según el índice de competitividad, uno de los puntos débiles del país son sus instituciones. Y ahora el oficialismo tiene menos votos en la Asamblea, lo cual hace prever un período de mayor confrontación para hacer reformas legales.