El 14 del presente mes asumió sus funciones el sexto Alcalde Metropolitano desde que en 1993 se elevó a este rango la dignidad del burgomastre de la capital de la República.
Durante la controvertida fundación española de Quito, Juan de Ampudia fue designado Alcalde y dirigió la reconstrucción de la capital de los shyris, incendiada por orden de Rumiñahui.
En 1946, en el segundo gobierno de Velasco Ibarra, se instituyeron las Alcaldías en las capitales de provincia, que hasta entonces eran Presidencias de los respectivos Concejos Municipales. El primer Alcalde de Quito, por elección popular, fue Jacinto Jijón Caamaño.
Desde siempre y, con mayor razón desde esta transformación, este cuerpo colegiado se ha distinguido por la honorabilidad, respeto y eficiencia de sus personeros y por la continuidad de la obra de los predecesores, lo cual se ha reflejado en el progreso de la ciudad y de todo el cantón.
Sobre todo, ha sido norma de sus personeros, con pocas excepciones recientes, dejar de lado las banderías políticas y trabajar, en equipo y con vehemencia, por la solución de los problemas de la comunidad quiteña.
Luego se sucedieron en la Alcaldía: José Ricardo Chiriboga Villagómez, Rafael León Larrea, Carlos Andrade Marín, Julio Moreno Espinoza y Jorge Vallarino Donoso, hasta que asumió el poder la dictadura militar en 1963 y nombró presidentes del Concejo, sucesivamente, a Gonzalo Pérez Bustamante y Luis Román Pérez.
Al retorno al orden constitucional, un Cabildo Ampliado designó, así mismo, presidente a Luis Pallares Zaldumbide, en 1966, y un año después se retornó al sistema de elección popular de alcaldes, y fueron ungidos, en su orden, Jaime del Castillo, Sixto Durán Ballén, Alberto Donoso Darquea (interino), Álvaro Pérez Intriago, Luis Andrade Nieto (interino), Gustavo Herdoíza León, Rodrigo Paz Delgado y Jamil Mahuad Witt, en cuya administración el Congreso Nacional elevó a la capital de la República al nivel de Distrito Metropolitano.
En tal virtud fueron elegidos Alcaldes Metropolitanos Roque Sevilla (interino), Paco Moncayo, Andrés Vallejo (interino), Augusto Barrera y Mauricio Rodas Espinel, quien, al igual que el Alcalde de Guayaquil y de otros cantones, han expresado su desacuerdo con el propósito del presidente Correa de que se expida la Ley de Desarrollo Urbano, que contempla la creación de otra Superintendencia, para controlar las actividades y limitar la autonomía de los municipios, algunos de los cuales constituyen el último bastión de la auténtica democracia e independencia.
Un dato interesante es que cuatro de los alcaldes de Quito han sido “chagras”, incluido Sixto Durán Ballén, oriundo de Boston (EE.UU.); Jaime de Castillo, de Otavalo; Gustavo Herdoíza, Riobamba y Jamil Mahuad, Loja, pero todos, por igual, han puesto toda su capacidad y amor al servicio de la “carita de Dios”.