1. ¿Cómo se mide el impacto de las sobretasas arancelarias en la economía nacional?
De diversas formas. Empecemos por la más comentada: el efecto directo en la contracción de importaciones. Según el Gobierno la meta es reducir en 2 200 millones de dólares anuales las compras externas, lo que es lo mismo a decir una declinación del 7%. ¿Será posible alcanzarlo? No parece viable. ¿Por qué? La razón radica en la nula posibilidad de conseguir como respuesta una suspensión total de este tipo de importaciones. Habrá reducción, pero no de esa magnitud. Por lo tanto, la cobertura del déficit generado por la caída del precio del petróleo (cuya dimensión el Gobierno no la precisa, pero que sin duda es mayor al ajuste planeado), será inferior al 7% anunciado.
En segundo lugar se lo medirá por el impacto, directo e indirecto, en los precios de algunos productos y su incidencia tanto en el índice oficial de inflación, como en aquellos bienes que no forman parte de la canasta básica de consumo. En dolarización, este impacto trae derivaciones de singular complejidad. Es además una agregación a la secuela de la revaluación del dólar.
Otra derivación se circunscribe al campo de la competitividad y eficiencia de la producción nacional. Con una barrera de estas dimensiones, la protección efectiva de la producción local (medida sobre el valor agregado nacional) llega a ser tan alta que crea un marco pro monopólico, dentro del cual las empresas favorecidas podrán llevar su producción al nivel de maximización de su beneficio (precios superiores al equilibrio de un mercado competitivo), con claro detrimento del ingreso y bienestar del consumidor.
Define de manera arbitraria cuáles bienes son prescindibles. Buenos o malos. Trata a los empresarios y consumidores como menores de edad incapaces de señalar libremente sus campos de actividad o preferencias en la adquisición de bienes.
Deteriora la cartera del sistema financiero. Pone una interdicción en la capacidad de pago y viabilidad de actividades sensibles o vinculadas con los bienes seleccionados por esta restricción, o por los cupos impuestos con anterioridad.
Promueve inversión para la creación de bienes cuyo sustento puede ser artificial y temporal. ¿Qué pasará después de 15 meses de vigencia? ¿Regresarán los aranceles al nivel anterior y las actividades impulsadas perderán su soporte? Si se logra corregir el desequilibrio, es posible que aquello ocurra. O talvez no.
¿Quién lo sabe? Con certeza, nadie. Ni el Gobierno, si no está dispuesto, igual que pide a las actividades privadas, a amarrarse los cinturones. Es decir aceptar su culpa y corregir el rumbo. Es, por lo tanto, una medida que no genera nuevas actividades permanentes, aunque sí puede conseguir mejoras en la cantidad producida de aquellas empresas favorecidas por la eliminación o encarecimiento de los productos venidos del exterior (ver tercer párrafo).
Señala un camino de contracción económica como medio de restablecer los equilibrios macroeconómicos, tan vilipendiados pero ahora reconocidos como fundamentales. El impacto fiscal de mayores recaudaciones puede existir. Mientras mayor sea, menor será el efecto en la balanza comercial.
Dificulta la negociación de acuerdos comerciales (incluso crea diferendos con los en vigor) que promuevan las exportaciones y las coloque en condiciones iguales a las ya obtenidas por los países que ofrecen productos parecidos a los del Ecuador.
2. ¿Es verdad que este tipo de medidas solo afectan a los más ricos?
No. De ninguna manera. Afecta a todos los estamentos. Incluso, dependiendo de ciertos hábitos de consumo o necesidades particulares, el daño puede ser mayor en las clases bajas. Ninguna economía tiene diques que la dividan en segmentos o compartimentos autónomos. No existen murallas chinas en los mercados. Todos actúan interconectados y las relaciones se dan de forma dinámica. Ahí se materializan los resultados de cualquier medida ejecutada. Sólo pensemos (como ejemplos) en la adquisición de una computadora, televisión, refrigeradora.
¿Acaso los pobres tendrán precio especial? En los alimentos será posible evitar que los precios reaccionen a lo decidido. Algunos a lo mejor lo consiguen, pero no todos. El aumento del precio de las llantas traerá pedido de revisión de pasajes o del transporte de mercaderías. ¿Estarán exentos los pobres de este golpe? ¿Más subsidios para evitarlo?
Toda la economía interactúa de manera permanente. No existen islas protegidas.
3. ¿Va a existir inflación?
Habrá un impacto inicial de aumento de precios. Esto llevará a un nivel superior de inflación. ¿Cuál es ese nivel? Difícil precisarlo. De ahí en adelante todo dependerá de la forma como se ajuste la economía. En el 2008 llegó al 8%.
4. ¿Hay riesgos de que se pierdan fuentes de empleo?
Por supuesto. La economía al ajustarse determina una corrección de ciertas actividades y empresas. En palabras simples: algunas se reducirán. Otras se cerrarán. El tamaño económico del país será menor y con ello habrá una demanda menor mano de obra.
5. ¿Cuál es el futuro de la Refinería del Pacífico, qué pasa con la inversión de la China y el aporte de Venezuela?
Todo parece indicar que la refinería no cuenta con el apoyo del Gobierno chino. Es un proyecto caro, bajo una crisis del mercado petrolero que reduce su valor real y requiere toda la línea de crédito ofrecida a inicios de año, si no es más. En caso hipotético de usarla no dejaría disponibilidad para el uso de un tramo libre y directo por parte del Gobierno nacional para cubrir en algo la brecha fiscal.
Venezuela no ha cumplido con sus aportes. Está en mora y en las condiciones actuales no tiene posibilidad de hacerlo. Creo que nunca lo habría hecho. Fue o es un compromiso típico de un Gobierno populista que blofea. Igual ocurrió con su participación en los campos petroleros deloriente ecuatoriano.