Imagen referencial. Amenazas ambientales y humanas en torno a esta especie la hacen más vulnerable para su extinción. Foto: Pixabay
El cambio climático, las sequías, las explosiones de ductos petroleros serían factores para que, dentro de 50 años, cerca de la mitad de salmones y especies de truchas en California, Estados Unidos, queden extintas y un 75% se vea reducida en 100 años.
Esto según el resultado de un estudio realizado por la UC Davis y la organización sin fines de lucro CalTrout titulado ‘State of the salmonids (SOS) II: Fish in hot water’ en el 2008, según cita el sitio de noticias Vice.
El informe señala que la ‘amenaza global’ del cambio climático hará más complicado que el salmón silvestre y algunas especies de truchas pertenecientes a la familia de salmónidos encuentren hábitats en aguas frías para sobrevivir.
Además de estas amenazas ambientales, existe la preocupación por amenazas humanas, pues según los autores de este estudio, la agricultura, la alteración de los estuarios, la urbanización y medios de transporte serían factores determinantes para que este pronóstico se cristalice.
Según el sitio Vice, tras el estudio, el número de especies que se calcula que desaparecerán en cinco décadas se triplicó de cinco a 14 entre 2008 y 2017.
El cambio climático influye para que el salmón silvestre y otras especies de esta familia encuentren hábitats en aguas frías y sobrevivan. Foto: Pixabay
Además señala que gracias a las sequías de los últimos cinco años, los investigadores concluyeron que el 81% de las 31 especies restantes están “aún peor” que hace una década.
Curtis Knight, director ejecutivo de CalTrout, habría mencionado en un comunicado de prensa la pérdida de una especie nativa: “El salvelinus confluentus fue visto por última vez en el río McCloud en 1975. Que no hayamos perdido otra especie desde 1975 es sorprendente. Estos peces son resistentes, pero el informe subraya que debemos actuar ahora para prevenir su extinción“.
Entre las acciones para conservar estas especies esta la protección de los ecosistemas fluviales, la restauración de las lagunas costeras y estuarios y promover la variación genética.