La campaña busca que los niños, niñas y adolescentes puedan volver a sus familias, pero en un entorno de seguridad y protección. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Una manifestación montada con 400 peluches se efectuó este jueves 27 de julio de 2017, desde las 10:00 en la plazoleta del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), localizado en la avenida Amazonas y Eloy Alfaro, en el norte de Quito.
Portando frases como “extraño las historias de mi abuelita” o “quiero abrazar a mamá antes de dormir” querían llamar la atención de los transeúntes y transformarse en la voz de los más de 2 500 niños que se encuentran en situación de acogimiento, es decir, que fueron separados temporalmente de sus familias por alguna orden judicial.
Esta iniciativa que forma parte de la campaña Quiero Vivir con mi Familia, impulsada por la organización Aldeas Infantiles SOS, busca exteriorizar lo que niños, niñas y adolescentes que no viven en sus hogares sienten día a día.
“A través de los peluches queremos que la ciudadanía se entere de la realidad de estos niños y al mismo tiempo trabajar en la prevención y fortalecimiento de familias que están en vulnerabilidad por condiciones económicas o sociales”, explicó Verónica Proaño, Asesora Nacional de Levantamiento de Fondos de Aldeas Infantiles SOS.
Plantón por niños en acogimiento
Este 27 de julio del 2017 se realizó en Quito la ‘campaña Quiero vivir con mi familia’ que busca visibilizar la situación de niños, niñas y adolescentes que viven alejados de sus padres o madres. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Alrededor de 400 peluches fueron colocados en los exteriores del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, en el norte de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los muñecos estaban acompañados de frases como “extraño las historias de mi abuelita” o “quiero abrazar a mamá antes de dormir”. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La campaña es impulsada por la organización Aldeas Infantiles SOS que busca exteriorizar lo que niños, niñas y adolescentes que no viven en sus hogares sienten día a día. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
El plantón se realizó en las seis ciudades en las que Aldeas Infantiles SOS tiene incidencia: Guayaquil, Manabí, Esmeraldas, Cuenca, Pichincha e Ibarra. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En el país hay cerca de 3 000 niños, niñas y adolescentes que están en sistemas de acogimiento formal, es decir, están separados temporalmente de sus padres por alguna medida judicial. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La campaña busca que los niños, niñas y adolescentes puedan volver a sus familias, pero en un entorno de seguridad y protección. Según Proaño los niños llegan al estado de acogimiento cuando han sido víctimas de maltrato psicológico, físico, violencia sexual, cuando sus padres están privados de libertad o cuando los han perdido.
“En este año hemos trabajado con 4 250 familias en vulnerabilidad para evitar que se separen. Con apoyo psicológico y social se puede desnaturalizar la violencia y reforzar el amor familiar como herramienta fundamental”, manifestó Proaño.
Cuando un niño llega a las Aldeas Infantiles SOS reciben atención psicológica, educación, alimentación y salud. Para ello se invierte alrededor de USD 1000 mensuales por niño.