Estamos como al principio, o peor.Tras 12 días de paro y destrucción, ya quedó dicho, todo el país salió derrotado.
El retiro del decreto que liberaba los precios de los combustibles fue una capitulación por el bien supremo de la paz social.
Pero la realidad de la economía marca que los subsidios son injustos, benefician a los que más tienen y abrigan gigantes fortunas por el contrabando de combustibles.
Fronteras vulnerables, derivados de petróleo que se van a Perú y Colombia y generan un negocio sucio millonario. Buques pseudo pesqueros que venden dichos productos y hacen transferencia en alta mar.
La protesta juntó en la calle a todos los demonios. Primero el paro de transportes, luego la marcha indígena que se transformó en bloqueo de carreteras y la toma de Quito. Con el centro cercado y el Presidente en Guayaquil el perímetro de El Arbolito fue tierra arrasada entre piedras, pirómanos, palos y bombas lacrimógenas. Y allí llegaron los extranjeros y las consignas correístas para alumbrar la hoguera, turbar la paz social y, si podían, dar golpe de Estado.
Las protestas aquí y acullá han tenido señas comunes y puntos de contacto. El factor sorpresa no parece ser tal, como expresión espontánea, sino una orquesta que toca al son de una misma batuta, sopla la brisa por doquier hasta hacerse huracán.
Establecer la conexión bolivariana y los hilos transiberianos y planetarios no será cosa fácil, pero hay muchos puntos sospechosos y coincidencias perversas.
Solo la fuerza de las grandes potencias puede sostener la turbada dictadura de Maduro, matar de hambre al pueblo venezolano, expulsar millones fuera de su tierra en pro de pan y trabajo y seguir extrayendo petróleo de la abundancia de una de las reservas más grandes del mundo parece un objetivo geopolítico que algo explica.
Maduro viajó a Rusia, antes lo hizo Correa en el Mundial. El ex presidente ecuatoriano tiene su espacio de opinión en Russia Today. Fue a Caracas, entrevistó al ‘brillante’ heredero político del comandante Chávez, pero también se reunió con Paola Pabón y varios partidarios. ¿Trazar la línea? ¿Forzar detener sus juicios? ¿Quién sabe?
El viaje pactado de Putin a Cuba es otro gesto geopolítico decidor en esta hora.
Todavía no se esclarece el papel de Assange y su intromisión en la campaña electoral norteamericana.
La utilización de la propaganda, los trolls y las ‘fake news’ que millones de ingenuos se tragan sin verificar se pone a órdenes del caos y la anarquía. Lo mismo para lanzar a la calle a los violentos, tomarse el aeropuerto de Barcelona y prender fuego en las calles, o sacudir el Chile del modelo de éxito económico que tapaba demandas sociales.
Por aquí ya sabemos que unos son muy vivos, corruptos y perversos y otros, o muy ingenuos o se creyeron el cuento del diálogo sin haber advertido la temperatura social sin alcanzar a medir la eventual intensidad de una protesta que muestra que en lo social, todavía vivimos en el siglo XIX.