‘El Juli’ en la plaza de Las Ventas, en Madrid. Foto: Archivo/ EFE
Hoy, viernes 30 de noviembre del 2018, el día marca su huella en el calendario de la fiesta en el Ecuador. Hoy, Latacunga es la ciudad señalada para una efeméride.
Julián López ‘El Juli’ abre su temporada americana con un motivo especial: sus 20 años de alternativa como matador. Y lo hace también con un cartel especial. Se las verá en solitario con cuatro toros de los hierros de Huagrahuasi y Triana al volver al Ecuador y a esta plaza, cuyo derrotero descubrió al mundo taurino en el ya lejano 2012.
Entonces, vino, vio y venció. Dio clase de su tauromaquia basada en el sentimiento, el poderío y una técnica que con el tiempo ha ido profundizando y con la cual ha alcanzado cotas altas en su carrera.
Cotas que serán parte de su historial como gran figura, donde bastará señalar las tardes de Sevilla, con el toro Orguillito, noble y bravo de Garcigrande o la tarde de Alcurrucén, con el gran toro, exigente toro, que lo volvió a encumbrar por enésima vez en Madrid, cátedra y catedral del toreo.
Hace 21 años debutaba en Ecuador. Era un niño que estaba enfermo, con temperatura y malestar pero se entretuvo en indultar al novillo Sacacorchos de Santa Rosa para dejar un sendero regado de pétalos de lo que sería una trayectoria impecable, que la justifica en los peldaños más altos con cuatro réplicas de aquel trofeo Jesús del Gran Poder.
Cuando en septiembre de 1998 el maestro José Mari Manzanares le cedió los trastos de matador de toros con José Ortega Cano de testigos, ambos, figuras consagradas para entonces, sabían que alumbraban el camino para otro de los elegidos.
Y así fue. El Juli se codeó con los grandes: Curro Vásquez, José Miguel Arroyo, ‘Joselito’; César Rincón, el maestro Enrique Ponce y hasta la ilusión y las certeras amenazas de llevarse el cetro de un fugaz pero personal José Tomás. Y con todos se midió, le pudieron y les pudo, en su momento y aquí está como al principio con la fuerza de una juventud madura (contradicción que, empero, no lo es).
Por eso cuando a las 15:30 de hoy suenen los clarines y timbales en la Plaza de Toros San Isidro Labrador, todos los presentes sabrán que todo está dispuesto para una efeméride que dejará su propia historia labrada en la capa, la muleta y la espada de El Juli y los toros de Huagrahuasi y Triana.
Para mañana la Feria continúa con un mano a mano de atractivo por su variedad. David Fandila, ‘El Fandi’, torero de entrega y espectacularidad hará el paseíllo con José Mari Manzanares y su debut en Latacunga, un torero de arte y expresión que viene de ratificar su personalidad y elegancia en Lima el domingo anterior. Los toros serán de los mismos hierros y la corrida mañana se iniciará a las 12:30.
El domingo se cerrará la Feria de Latacunga, que por hoy es la más importante del Ecuador taurino, por la presencia sostenida, no sin un superior esfuerzo empresarial, con los mejores carteles que se presentan en Ecuador.
A las 12:30 harán el paseíllo Diego Rivas, torero de la capital del Cotopaxi, Francisco Cortez, ‘El Cortez’, ambos matadores; el novillero José A. Marcillo, y los rejoneadores Álvaro Mejía y David Albuja.