El canciller de México, Marcelo Ebrard, recibió ayer en su despacho al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo. Foto: AFP
El Departamento de Estado titula la última gira del jefe de la diplomacia estadounidense de la siguiente manera: “Viaje a Argentina, Ecuador, México, El Salvador y Florida”. Luego de pasar por Argentina y Ecuador, Mike Pompeo, el secretario de Estado, visitó México y se reunió con el canciller Marcelo Ebrad, para luego dirigirse a San Salvador, punto final de la parte latinoamericana de este viaje.
En los dos destinos iniciales, Buenos Aires y Guayaquil, Pompeo destacó el mejoramiento de las relaciones. Reconoció un largo período de distanciamiento con ambos países, con Argentina durante el Gobierno de los Kirchner (2003-2015) y en Ecuador durante la década de Rafael Correa (2007-2017). “Ha sido como el día y la noche”, dijo Pompeo al portal Infobae.
Toda presencia de un alto funcionario estadounidense a un país implica una agenda que va más allá de las cuestiones bilaterales. Para el Departamento de Estado, esta gira buscaba “fortalecer las alianzas en el Hemisferio Occidental sobre desafíos regionales y globales” y “reforzar el apoyo al pueblo de Cuba, Nicaragua y Venezuela en su lucha por la democracia y libertad”.
Asimismo, el principal de esta Cartera de Estado “ampliará la cooperación en temas de seguridad y destacará el compromiso de Estados Unidos con la democracia, los derechos humanos y el aumento de oportunidades económicas”.
En Argentina, por ejemplo, con el presidente Mauricio Macri trataron el atentado a la AMIA de 1994, por el que son acusados integrantes de la agrupación terrorista Hezbolá, “apoyados por Irán”, según Pompeo. Además, Pompeo elogió las políticas del Mandatario argentino, al decir que va “por el camino correcto”.
Durante el encuentro con el presidente ecuatoriano Lenín Moreno, se abordaron la extradición del fundador de Wikileaks, Julián Assange, la recuperación de los activos desviados por la corrupción.
En México, en donde hizo escala ayer, 21 de julio, el acuerdo comercial regional que incluye a Canadá, el T-MEC, reemplazo del TLCAN por exigencia del presidente Donald Trump, es una de las preocupaciones de varios sectores políticos y económicos mexicanos, según le dijeron ayer al presidente Andrés Manuel López Obrador.
La condena a cadena perpetua del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, fue otro asunto bilateral. Se planteó la conformación de un grupo binacional para recuperar los bienes y activos.
Sin duda, esta “alianza occidental” también contemplaba algo importante: las políticas que lleva adelante la Casa Blanca por la migración. Son momentos delicados porque Trump quiere que se niegue el asilo a los migrantes que no lo hubieran obtenido en un tercer país seguro.
Ayer se esperaba que Ebrard pidiera a Estados Unidos invertir USD 2 000 millones en El Salvador para frenar los flujos de migración irregular.
Ebrard señaló que México invertirá USD 100 millones y que Estados Unidos “podría invertir más de 2 000 millones al año solo en El Salvador, si hacemos un esfuerzo proporcional” por el tamaño de su economía y “para estar parejos”.
Pompeo reconoció a México los avances “significativos” en la estrategia migratoria en su frontera sur al reunirse con Ebrard, un día antes que se cumpla el plazo de 45 días fijado en su acuerdo migratorio del pasado 7 de junio.
En virtud de estos avances, Ebrard señaló que México “no considera necesario iniciar ningún tipo de negociación con respecto a un eventual acuerdo de tercer país seguro de México y Estados Unidos”, señaló la Cancillería.
La crisis venezolana
Fue en Argentina y Ecuador en donde Pompeo trató la crisis de Venezuela, al ser dos países que han acogido a quienes abandonaron ese país en busca de un futuro mejor. Los dos gobiernos han desconocido a Nicolás Maduro como presidente y respaldan al líder opositor y autoproclamado mandatario, Juan Guaidó.
Pero unas nuevas elecciones, tal como plantea la oposición, no serán posibles. “Siempre y cuando los cubanos sigan protegiendo a Maduro, no van a celebrarse elecciones”, dijo Pompeo en la rueda de prensa en Guayaquil.
“Me parece incomprensible que se puedan llevar a cabo elecciones libres y justas si Maduro sigue” en el poder y que “puede haber alguna forma creativa de dejarlo fuera”.
Mientras Pompeo realizaba esta gira, en Caracas, los miembros del Movimiento de Países No Alineados daban el espaldarazo a Maduro, pero también a Cuba y Nicaragua.
Los tres países acusan el ser ahogados por el “imperialismo”, pero entienden que Estados Unidos fracasará en los intentos que incluyen sanciones comerciales y ataques a la soberanía de sus países.