El exjefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en un coche al salir del juzgado de Lille, norte de Francia, el 2 de febrero de 2015. Foto: AFP
De un lado un experto economista que sonó como posible presidente de Francia; del otro, un hombre doblegado por escándalos sexuales: Dominique Strauss-Kahn, de 65 años, que comparece el lunes ante la justicia francesa por proxenetismo, es un hombre de vidas múltiples.
Profesor, economista, ministro, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), conferencista, abogado, banquero de negocios… “DSK” tiene múltiples facetas y es capaz de emerger después de haber tocado fondo.
Su mayor adversario ha sido siempre él mismo y su obsesión por las mujeres.
En mayo de 2011, el mundo recibió estupefacto la información de su detención en Estados Unidos, acusado de violación por una camarera del hotel Sofitel de Nueva York, Nafissatou Diallo.
El caso echó por tierra las ambiciones políticas del entonces patrón del FMI, favorito en los sondeos para la elección presidencial francesa de 2012.
La acusación penal fue abandonada y DSK terminó con el caso a través de un acuerdo financiero secreto con Nafissatou Diallo.
Los primeros ecos públicos de su comportamiento con las mujeres surgieron a fines de 2008, cuando una exfuncionaria del FMI, Piroska Nagy, afirmó que la acosaba con sus propuestas.
DSK pidió disculpas por ese “error” al personal de la institución y a su esposa, Anne Sinclair, una célebre periodista francesa que puso su carrera entre paréntesis para acompañarlo en su recorrido.
Al mismo tiempo, en Francia, una joven periodista, Tristane Banon, lo acusó de un intento de violación que habría ocurrido en 2003, pero no presentó demanda judicial.
Lo hizo finalmente a mediados de 2011, pero la demanda fue archivada poco después.
Nacido en Neuilly-sur-Seine, elegante suburbio de París, el 25 de abril de 1949, DSK pasó parte de su infancia en Marruecos, país del que se fue en 1960.
Políglota, domina el inglés y el alemán además del francés, coleccionó los títulos universitarios, pero no logró ingresar en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración, en la que se forman las élites francesas.
Cuando adhirió al Partido Socialista (PS) , en 1976, tenía 27 años y estaba casado con Hélène Strauss-Kahn, con la que tuvo tres hijos. Fue profesor de economía en Nancy (este) y en París.
El virus del poder
A fines de los años 80, cambió de vida. Volvió a casarse y ascendió en el PS, donde sus análisis económicos eran apreciados. Fue elegido diputado por primera vez 1986. En 1991 se casó en terceras nupcias con Anne Sinclair, acaudalada heredera de un gran marchante de arte.
Fue alcalde de la ciudad de Sarcelles, cerca de París, de 1995 a 1997.
Siempre sonriente, DSK vivió entonces su apogeo y formaba con Anne Sinclair una pareja rica, poderosa e influyente.
Ministro de Finanzas desde 1997 en el gobierno del primer ministro Lionel Jospin, se vio obligado a dimitir en 1999, tras ser implicado en un caso de empleos ficticios.
Dos años más tarde el caso fue sobreseído y él quedó limpio de toda sospecha.
El exministro pasó a ser abogado de negocios, pero siguió actuando en su partido.
Tras el fracaso de Jospin en la presidencial de 2002, DSK apuntó a representar a los socialistas en las presidenciales de 2007, pero fue vencido en las primarias del Partido Socialista por Ségolène Royal, en aquel entonces mujer de François Hollande, la cual perdió la elección frente al conservador Nicolas Sarkozy.
Con el apoyo de Sarkozy, a fines de 2007, Strauss-Kahn fue nombrado al frente del FMI, desde donde se forjó una estatura internacional, convirtiéndose en uno de los hombres más poderosos del mundo.
Sus partidarios lo presentaban como “el médico de la economía mundial”, sus detractores como “el hambreador del planeta”.
DSK y Anne Sinclair, que lo respaldó totalmente a lo largo de todo el caso del Sofitel de Nueva York, se separaron en 2012.
Posteriormente él formó pareja con una marroquí, Myriam L’Aouffir, que trabaja en el sector de la comunicación.
Actualmente, Strauss–Kahn da numerosas conferencias y es consejero de varios países, desde el gobierno serbio hasta el más joven Estado del mundo, Sudán del Sur.