Los representantes de los centros de tolerancia de Quito realizaron un plantón en los exteriores de la Secretaría de Salud del Municipio, para solicitar a las autoridades que les permitan reabrir sus locales. Fotos: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Un plantón se realizó desde las 08:00 de este martes 2 de febrero del 2021 en la avenida Amazonas y Jorge Washington, frente al edificio de la Secretaría de Salud del Municipio, en el norte de Quito. Los representantes y trabajadores de 28 centros de tolerancia solicitaron que que se continúe con el plan piloto implementado en noviembre del año anterior.
Jorge Castañeda, administrador del establecimiento 155, aseguró que se encuentra casi en la quiebra. “Debe regularizarse esta actividad, las chicas trabajan en la clandestinidad sin bioseguridad, no hay controles”.
Jaime Mouro, dueño del local El marqués de Sade, manifestó que debe más de ocho meses de arriendo. “Nos hicieron invertir mucho dinero para el plan piloto y solo nos dejaron trabajar 20 días”. Dijo que en sus locales no se vende licor y se cumplen con todas las normas de bioseguridad.
Johan Loor es guardia de un centro nocturno. Vende frutas y verduras en la calle para subsistir. “Vamos un año sin laborar. Ya no hay dinero para pagar la renta y la alimentación”.
En la manifestación se concentraron propietarios de locales, trabajadoras sexuales, guardias. Fotos: Vicente Costales/ EL COMERCIO
La trabajadora sexual Nortis Vera no tiene ingresos económicos. Pidió a las autoridades que se retome el plan piloto que se aplicó para los centros de tolerancia.
Por cada uno de los 127 establecimientos nocturnos que operan en el Distrito Metropolitano subsisten alrededor de 40 familias. Los administradores de esos negocios indicaron que para el plan piloto les exigieron una serie de requisitos como ventilación, distanciamientos, medidas de bioseguridad, que se facilite mascarillas a los clientes, entre otros, por lo que pueden continuar operando.
El 19 de noviembre del 2020, 28 centros de tolerancia reabrieron sus puertas y fueron parte de un plan piloto que se extendió por 15 días tras la suspensión de cinco actividades económicas en Quito.
Las personas piden reabrir sus negocios con el plan de bioseguridad. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Antes, los gimnasios reabrieron. Para los bares, discotecas y centros nocturnos como los karaokes el futuro es incierto.
Los primeros en presentar y aprobar un piloto fueron los de entrenamiento. Tras una evaluación, la Secretaría de Salud recomendó el levantamiento de la suspensión.
Luego, en el mismo proceso se encontraban los centros de tolerancia. Los dueños de los locales y las trabajadoras sexuales acordaron con el Municipio los protocolos para la reapertura que los cumplieron. No obstante, tras la finalización del plan piloto no han obtenido respuestas y ellos buscan continuar con sus actividades.