Presidente de México tiene la ‘conciencia tranquila’ por liberar al hijo de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en una intervención el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: EFE

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en una intervención el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: EFE

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en una intervención el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: EFE

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este lunes 21 de octubre tener la "conciencia tranquila" por su decisión de liberar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín "el Chapo" Guzmán, para evitar un baño de sangre en Culiacán, capital del noroccidental estado de Sinaloa.

"Va a pasar el tiempo y la gente de Culiacán va a poder juzgar si se hizo bien o mal, tengo la conciencia tranquila y sé que actuamos de manera correcta", expuso el presidente cuestionado por el asunto en rueda de prensa en Palacio Nacional.

El mandatario, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dijo estar dispuesto a defender su decisión ante la justicia, después de que el derechista Partido Acción Nacional (PAN) lo haya demandado ante la Fiscalía por liberar al narcotraficante.

"Sí me gustaría comparecer ante la autoridad, si la autoridad competente lo solicita, para ira a dar a conocer y a exponer mis razones del porqué no a la violencia", subrayó López Obrador, quien recriminó a los dirigentes del PAN por "ser partidarios del uso de la fuerza".

El presidente dijo que su mandato ha supuesto un "cambio verdadero" respecto a la guerra militar contra el narcotráfico emprendida por sus predecesores, Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), y que sumió el país en una espiral de violencia.

"Dejamos claro desde el principio que íbamos a cambiar esa política absurda, inhumana e ineficaz porque no dio resultados", recordó López Obrador, quien recriminó a los conservadores que "callaron siempre como momias cuando se masacraba a la población".

El pasado jueves, soldados mexicanos retuvieron a Ovidio Guzmán en un domicilio de Culiacán, lo que desató una ola de violencia en toda la ciudad, donde grupos de sicarios provocaron tiroteos e incendios, y liberaron a una cincuentena de presos de un penal.

Al verse superado por la situación, el Gobierno de México tomó la decisión de soltar al hijo del Chapo bajo el argumento de que así se podía proteger la vida de los ciudadanos de Culiacán.

"Fue una decisión del gabinete de seguridad y yo la avalé. Un gobernante puede poner en riesgo su vida pero no tiene el derecho de poner en riesgo la vida de los demás", defendió el presidente.

López Obrador admitió que la captura de Ovidio Guzmán no se realizó con "precaución", pero negó que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, haya presentado su renuncia.

El presidente dijo que si existe una orden judicial para capturar el hijo del Chapo, esta se cumplirá vigilando no desatar una nueva ola de violencia.

"Si existe la orden, desde luego (se arrestará Ovidio Guzmán), siempre y cuando no se ponga en riesgo la vida de la población y se cuide la vida de las personas", expresó.

Además, explicó que "hay que ir aislando la llamada delincuencia organizada para que no sea motivo de orgullo pertenecer a una banda de delincuentes", pero advirtió que este es un proceso que "lleva tiempo".

El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció en febrero pasado que Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo y de Griselda López, había sido imputado por cargos de narcotráfico.

En la acusación se alegó que Ovidio Guzmán y su hermano mayor, Joaquín Guzmán López, de 34 años, presuntamente conspiraron entre abril de 2008 y abril de 2018 para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana desde México y otros lugares para su importación a Estados Unidos.

El Chapo, quien fue considerado el mayor narcotraficante del mundo, cumple ahora sentencia de cadena perpetua en la prisión federal de máxima seguridad en Florence, estado de Colorado, en Estados Unidos.

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