El número de fallecidos en el mar Mediterráneo alcanzó una vez más un máximo histórico este 2016, según Acnur. Foto: Archivo /AFP
Los refugiados y solicitantes de asilo son seres humanos desesperados que huyen de guerras, distintos tipos de violencia, esclavitud y de la misma muerte, no son números ni estadísticas, escuchan y creen en los discursos pomposos sobre democracia y derechos humanos y observan las postales de la buena vida que se vive en Europa.
La desesperación es tan grande que es casi natural confiar en las promesas que les hacen los traficantes de personas. Después de todo, son ellos que los atraen a la “tierra prometida”. Para escapar venden lo que puedan de sus modestas pertenencias, incluso sus tierras, y piden dinero prestado a familiares para pagar la travesía al extranjero en efectivo.
Pero muchos de ellos mueren en el intento. El número de fallecidos en el mar Mediterráneo alcanzó una vez más un máximo histórico este año. Cuando faltan dos meses para que termine 2016, y a pesar de la significativa disminución del número de personas que escapan de conflictos, el número de las que mueren cruzando el Mediterráneo se triplicó este año, y en una ruta en particular se multiplicó por cinco, informó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
“De una muerte cada 269 personas que llegaron el año pasado (a Europa), la probabilidad de morir se disparó a una cada 88 en 2016”, precisó William Spindler, portavoz Acnur, el 25 de octubre.
“En la ruta entre Libia e Italia, la probabilidad de morir es aun mayor, una persona cada 47 que llegan”, apuntó. La proporción en esa ruta empeoró incrementándose en más de 5.7 veces. “Es la peor que hayamos registrado”, aseguró Spindler.
Por lo menos 3 740 personas desaparecieron entre enero y octubre de este año, apenas por debajo de las 3 771 desaparecidas en todo 2015, según Acnur.
La enorme pérdida de vidas humanas ocurre a pesar de que este año disminuyó el número de personas que cruzaron el Mediterráneo hacia Europa. En 2015, poco más de 1 000 000 hicieron ese trayecto. En cambio, este año, se llevan registradas 327 800.
“Alrededor de la mitad de las personas que cruzaron el Mediterráneo en lo que va del año lo hicieron de África del norte hacia Italia, la ruta más peligrosa”, subrayó Spindler, al explicar las causas del elevado número de víctimas.
La situación también se explica porque los traficantes de personas usan botes inflables de menor calidad y endebles que no aguantan la travesía. Además de que apiñan a miles de personas en una sola de embarcación.
Traficantes, historias de terror
Hace cinco años, los traficantes de personas “compraban” barcos de desguace en la llamada costa de la muerte, en el sudeste de África, lo llenaban de personas, contrataban barcos de pesca industrial para arrastrarlos hasta el noreste del continente y los soltaban en cuanto divisaban a las patrullas marinas.
Además, en el pasado verano, se supo que los traficantes distribuían chalecos salvavidas defectuosos a propósito para que se ahogaran al llegar a la costa europea, lo que hizo que las organizaciones humanitarias y las autoridades costeras se lanzaran al rescate.
La tragedia es que el número de personas que mueren tratando de llegar a Europa es mayor que las que lo logran.
De hecho, menos de 300 000 refugiados y solicitantes de asilo llegaron a Europa desde comienzos de este año hasta septiembre, la mayoría de los cuales lo hicieron a Grecia e Italia, según la última actualización de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) del 13 de septiembre.
De los 294 450 refugiados y solicitantes de asilo registrados, 126 931 llegaron a Italia y 165 015 a Grecia: en el primero se registró un ligero aumento en comparación con el período de enero a fines de septiembre de 2015, y en el segundo, una caída de casi 50%, detalla el informe de la OIM.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos, de la OIM, que registra el número de personas desaparecidas en las rutas migratorias, señala que murieron 2 751 en el mar Mediterráneo el año pasado hasta el 12 de septiembre.
Resulta irónico que la OIM, que asistió a unas 20 millones de personas en 2015, se fundara al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) para reubicar a los refugiados europeos.
La pesadilla europea
Al principio, y alegando sentimientos humanitarios, la Unión Europea (UE) “subastó” solicitantes de asilo, después de todo constituyen mano de obra barata y pagan sus impuestos con meticulosidad.