Mavelin Bonilla y David Vallejo son médicos y atienden a pacientes infectados, en un hospital que concentra estos casos de covid-19 en la capital. Foto: cortesía.
“Hoy era un día especial para nosotros. Pero en su lugar estamos trabajando por tí. Cuídate. No bajes la guardia”, se lee en dos carteles, que sostienen David Vallejo y Mavelin Bonilla, de 27 y 26 años respectivamente. En las dos fotografías aparecen en su lugar de trabajo: son residentes, médicos generales, en uno de los hospitales de Quito, que concentra casos de covid-19.
Las imágenes fueron colocadas en sus redes sociales, Twitter y Facebook, el pasado sábado 23 de mayo del 2020. La historia de amor de estos profesionales de la salud comenzó hace cuatro años y tres meses. Coincidieron en otro hospital. Ella estudiaba en la Universidad Central y él, en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
La relación se fortaleció día a día y así en noviembre pasado decidieron ponerle fecha a la boda: se iban a casar el 23 de mayo de este año. Toda la familia se alegró, también los amigos, la mayoría colegas médicos.
La pareja contaba los días, las semanas y planificaba todos los detalles. De pronto, en febrero empezaron a preocuparse por un intruso que amenazaba con arruinarles su sueño: el covid-19. Como la mayoría de gente seguían lo que ocurría en Wuhan, China, hasta que se empezó a hablar más de este coronavirus en Ecuador. Y finalmente hace más de un mes y medio otra vez tomaron una decisión importante en sus vidas: postergar la celebración de su matrimonio.
Su profesión les hizo basarse en la ciencia y no en lo que decía su corazón. Ella trabaja en un piso de covid-19. Y él recibe a estos pacientes en emergencia. No podían cerrar los ojos a la realidad. “Les dijimos a nuestros padres y demás parientes y amigos que no habría boda este año”, contó a EL COMERCIO, David Vallejo, aún lleno de melancolía, la tarde de este martes 26 de mayo.
“Somos responsables, sabemos lo que se vive ahora en Quito, en Ecuador y en el mundo. No se debe realizar ninguna reunión de tipo social. Ahora no es recomendable, la transmisibilidad del virus es alta. Organizar fiestas implica un gran riesgo de que mucha gente resulte contagiada. Por eso mantenemos en firme la decisión de que nos casaremos, pero no en este 2020, será el próximo año”, dijo el novio.
Con la certeza de que no podrían cumplir su sueño de unir sus vidas tras una ceremonia religiosa y una fiesta, que se realizaría en Salcedo, tuvieron una idea: escribir un post para la historia. Guardan las invitaciones para la fiesta, con la fecha 23 de mayo 2020. Así que el próximo año adjuntarán el post para que sea un recuerdo más de lo vivido en medio de la pandemia.
“Mi novia Mavelin tenía comprado hasta el vestido. Yo estaba haciendo ejercicio, para adquirir uno”, recuerda entre risas. “Nuestros amigos del hospital estaban invitados, les explicamos. Y nos pidieron no sacarlos de la lista, para el 2021. Por eso publicamos el post. Queremos que sepan que la decisión de casarnos sigue en firme. No el covid-19 no nos ha separado”, dijo David y pidió evitar mencionar al hospital en donde trabajan.