Este miércoles 23 de octubre del 2019, el alcalde Jorge Yunda estuvo en un evento con Guillermo Abad, quien sigue siendo secretario de Movilidad. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
El manejo de la crisis que vivió Quito durante el paro por el retiro del subsidio a los combustibles despertó críticas en contra del alcalde Jorge Yunda, quien pidió la renuncia a funcionarios de confianza.
A una semana de ese anuncio, la Alcaldía confirmó la salida de tres de ellos: Danny Gaibor, Marianella Irigoyen y Euclides Mantilla, cabezas de la Agencia Metropolitana de Tránsito y de las secretarías de Ambiente y de Seguridad.
Antes, ya se había conocido la desvinculación de Pablo Dávalos, asesor económico de Yunda, quien participó en el diálogo entre la Conaie y el Gobierno, el domingo 13 de octubre, y se manifestó públicamente en contra del Decreto 883, origen de las protestas.
Antes de que Yunda pidiera esas renuncias, ocho concejales ya habían mostrado su preocupación sobre la posible participación de autoridades o funcionarios públicos.
Lo dejaron sentado en una carta en la que solicitaron al Alcalde que “evalúe a los integrantes de su gabinete, considerando el rol político que desempeñaron durante la crisis que ha vivido el Distrito y las acciones que tendrán que ejecutar al frente de las dependencias municipales para la reconstrucción que tendrá que liderar el Municipio”.
Luz Elena Coloma fue parte de esa iniciativa y contó que el pedido se hizo ante las sospechas que hubo desde el Gobierno y sectores de la ciudadanía. Yunda señaló que hizo suyo el pedido porque cree que si alguien “que recibe sueldo del pueblo de Quito usó ese cargo para participar de una u otra manera (en el paro), debe ser separado”.
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, en una entrevista para este Diario, dijo que espera que las investigaciones de la Fiscalía “den certezas sobre el nivel de coordinación entre varios sectores sociales, autoridades locales, nacionales y fuerzas que están fuera del Ecuador”.
Para Yunda, se debe investigar a quienes deliberadamente tomaron una postura que afecta a la estabilidad del país.
El Municipio difundió un comunicado que dice que los tres funcionarios a quienes Yunda aceptó su renuncia no estuvieron inmersos en el paro. “No se trata de una depuración. Estas decisiones permiten reforzar el trabajo de las secretarías”. Este miércoles 23 de octubre del 2019, el Alcalde dijo que por ahora no habrá más cambios.
Mientras Gaibor agradecía públicamente la confianza del Alcalde, anunciaba que continuaría apoyando su gestión y señalaba que su salida obedecía a razones personales, Irigoyen mostraba su descontento con el fin de sus funciones. Antenoche publicó en Twitter: “Aclaro que mi salida es por presiones políticas presuntamente provenientes del Gobierno Central y de algunos miembros del Concejo”. Así se sumó a Dávalos, quien dijo la semana pasada que el Alcalde decidió “unilateralmente” separarlo del Municipio “por presiones del Gobierno, la derecha y grupos de poder”.
Para otro de los ediles firmantes de la carta, Bernardo Abad, aún hay personas que deberían ser separadas y que fueron nombradas por Romo en la reunión con Yunda y los concejales, la semana pasada.
Abad prefirió no revelar esos nombres, pero aplaude las cuatro desvinculaciones confirmadas por el Municipio. “Lo que hizo el Alcalde da muy buenas señales para la ciudad, porque acoge la respetuosa recomendación de generar una crisis de gabinete para ratificar a funcionarios eficientes y no hacerlo con aquellos identificados como relacionados con partidos o movimientos políticos detrás del paro”.
Para Abad, la posición actual de Yunda es más clara y muestra que dejó de lado la ambigüedad inicial. “El Alcalde de Quito no es solo administrador de la ciudad sino un líder político nacional”, apuntó.
Muestra de ello es que se reunió con líderes sindicales el martes 22 de octubre del 2019, quienes tras su pedido y el de actores como la ONU y la Iglesia anunciaron este miércoles que suspendían su marcha anunciada para el 30 de octubre.
Yunda defiende su papel de mediador, pues afirma que habló con indígenas y con el presidente Lenín Moreno durante la crisis, para pedir que ambas partes se abran al diálogo.