La maestra fiscal Alexandra Sasig alista su salón, en la Unidad Educativa Bolivia. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Aunque las experiencias abundan, Karla Calva recuerda una que le estremeció el corazón. “Profe, la bendición”, le dijo un alumno de 3 años.
Más de una vez se equivocan y le llaman mami. “Son apegos -dice- generados en el aula”.
También en el Centro de Educación Inicial Lucinda Toledo se lee: “Bienvenidos”, en una gráfica del clima hecha en fómix. La frase la pegó la maestra Andrea Quinteros, en el rincón de construcción. Es para los niños de 3 y 4 años, que empiezan clases hoy.
El centro tiene 14 rincones con una docente a cargo de cada uno. Educación establece que en cada aula puede haber hasta 25 niños.
En Quito hay otras 987 instituciones fiscales como esta. Ciencias, arte y habilidades como la psicomotricidad se desarrollan en cada espacio.
En este plantel, del norte, el miércoles pasado las maestras dejaban todo listo para recibir a unos 325 niños.
En el régimen Sierra y Amazonía hay 3 623 instituciones educativas que ofertan inicial uno y dos, en el ciclo 2019-2020, que arranca hoy para este nivel en el sistema fiscal. En este hay 101 742 niños. Con quienes acuden a centros fiscomisionales, municipales y particulares suman 121 495.
Para el sector público trabajan 11 239 docentes en este nivel. Entre ellos hay bachilleres y técnicos superiores. El 11,3% tiene título de cuarto nivel.
Según el Ministerio de Educación, los profesores requieren título de tercer nivel en educación inicial o parvularia. La autoridad de los centros debe contar con cuarto nivel.
Este último requisito -dice Lourdes Hernández, representante de la Corporación de Centros Infantiles Privados del Ecuador (Crecipe)- genera conflictos en las instituciones privadas, ya que además para el cargo se necesitan 12 años de experiencia como docente.
En el centro privado El Jardín de la Fantasía, docentes preparan las áreas verdes. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Hernández asegura que no existen suficientes profesionales que cumplan esos requisitos, ya que aquellas maestras que tienen cuarto nivel son jóvenes y con apenas cinco años de experiencia, en promedio.
La representante de la organización señala que pocos centros privados -que asegura son pequeños en relación con los iniciales que pertenecen a colegios- cuentan con presupuesto para pagar a profesionales de cuarto nivel.
Alexandra Irigoyen, directora de El Jardín de la Fantasía (privado) anota que por medio tiempo, las docentes ganan -en promedio- USD 500. En el sector público, la mayoría se ubica en categoría G, con título de tercer nivel y sueldo de USD 817. Este llega a 1 292.
Hay centros privados, admite Hernández, de Crecipe, que no renovaron su permiso de funcionamiento. Comenta que tienen una prórroga de seis meses, tras el Acuerdo Ministerial, para la autorización de creación y renovación de funcionamiento de instituciones con menos de 120 estudiantes, emitido el 12 de agosto del 2019.
En El Jardín de la Fantasía hay 11 profesoras para 70 niños desde 1 año y medio hasta 4. Nueve de las docentes tienen título de tercer nivel. Irigoyen, la directora, comenta que renovaron el permiso gracias a que otra de las directoras sí cumple con los requisitos.
En este centro privado, los niños empezaron clases el viernes. En los días previos, las maestras colocaban globos en los árboles del patio y preparaban material didáctico.
El presupuesto para este año en el nivel de Educación Inicial es de USD 2 millones, según el Ministerio de Educación. Por cada estudiante de instituciones fiscales, el costo anual referencial es de USD 979,12.
La Cartera indicó, vía ‘e-mail’, que el currículo en este nivel se organiza en ejes de desarrollo y ámbitos de enseñanza, que se aplican con la metodología de los rincones o espacios de aprendizaje.
Mónica Ibarra, vicerrectora de la Unidad Educativa Bolivia, explica que esto permite ofrecer una experiencia lúdica a los niños, evitando la escolarización a temprana edad.
Entre el ciclo 2009-2010 y el 2019-2020, 168 616 niños se incorporaron a la oferta pública de educación inicial.
Para la maestra Diana Escobar, la experiencia con los niños es un reto, ya que -confirma- entre los 0 y los 5 años se sientan los pilares de la educación. Ella recuerda satisfecha su última experiencia con un alumno con discapacidad. Sonríe mientras habla de él y describe sus cualidades.